Por amor a la familia (día tres)
Fecha: 27/06/2018,
Categorías:
Transexuales
Incesto
Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos
Día tres Hasta el día de ayer, los días habían sido emocionantes, dentro de lo normal, pero a partir de este día, las cosas tomaron un rumbo diferente, quizá porque me confié demasiado, quizá porque la vida quería darme una lección, no lo sé. Desperté muy temprano y emocionada, la sensación del baby doll me despertó, era delicioso, me levante y me toque mi cuerpo, recorrí mi silueta, me levante y camine coquetamente al baño, me senté como si fuera una mujer, hasta eso disfruté. Salí y me quite el baby doll y el brassiere, veía las marcas que este había dejado en mi cuerpo, me gustaba estar vestida así, no quería volver a la realidad, pero tenía que cumplir con mis labores, aunque… Por qué no hacer ambas cosas? Me di un baño rápido y fui a la recamara de mis primas, cada vez que lo veía era más un desastre y sentía más culpa por procastinar la limpieza del lugar, me dirigí al maravilloso cajón de la ropa interior y tome unas panties nuevas, entonces pensé que si estaría todo el día con ellas, estaría todo el día excitada, por lo tanto estaría mojándome todo el tiempo, así que fui a su baño, abrí el mueblecito y saque una toalla femenina, la coloque en las panties y me las puse, otra nueva sensación. Fui nuevamente hacia el mueble “del tesoro” y busque entre las prendas de mi prima chica, me puse un bra de ella, ya que sus senos no eran tan grandes y me dirigí a mi recamara, encima de esa hermosa ropa femenina, me vestí con mi ropa normal de hombre, sin embargo, aunque el bra ...
... era pequeño, si hacía notar unos pequeños montecitos en mi cuerpo, así que me puse una sudadera y salí a la escuela. Era maravilloso andar así por la calle, solo yo sabía lo que había bajo mi ropa, y nadie se percataba de eso, en la escuela me imaginaba que era una chica, sentía de vez en cuando la incomodidad del brassiere, pero no podía acomodarlo, pero esa incomodidad era placentera, era un recordatorio de que ahí estaba algo que “no debería estar”, me provocaba mucho morbo. Incluso cuando fui al baño, a pesar de que siempre tuve una extraña repulsión a sentarme en los baños de ahí, lo hice tal como una chica tenía que hacerlo. Cuando lo hice, aproveche para checar mi toalla, que efectivamente, estaba totalmente llena de ese líquido que sale del pene cuando hay excitación. Toda esa mañana fue extraña, un choque de emociones, ya no era yo, mi mente estaba totalmente en otra parte, en un viaje del que no quería regresar. Regrese a la casa como si fuera la dueña, avente mi mochila sobre el sillón de la sala y subí directo a la recamara de las chicas, quite mi “disfraz” de hombre y comencé a buscar algo que ponerme, como iba llegando de la escuela, quise buscar algo ligero, una blusita de tirantes y una falda muy ligera, tableada con mucho vuelo, fui a mi recamara por la peluca que había quedado ahí el día anterior y me la puse, tome los zapatos de mi tía y me dirigí a su recamara, deje ahí los zapatos y tome otras sandalias de tacón corrido, muy playeras pero bonitas. Estaba ...