1. En el subte de Bew York


    Fecha: 28/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... cabeza apuntando hacia el techo. Me pareció ver que ella respondía al beso.Luego se corrió a un costado, se arregló la ropa y pasó a mi lado con cierto apuro.Al quedar el vagón bastante vacío, pude acercarme a Ana, que tenía todavía la cara colorada y se la veía agitada, con la respiración entrecortada.Se apoyó contra mi pecho y me pidió perdón. Continuamos en silencio hasta la próxima estación, donde nos bajamos y salimos al aire libre, a un pequeño parque.Allí nos sentamos en un banco de plaza y me contó lo que le había sucedido.Cuando la marea de gente nos separó, ella notó que alguien se apoyaba contra su espalda y una mano la retenía por la cintura, haciendo que se inclinara un poco hacia adelante, lo suficiente para que su culo sintiera que una gruesa y dura verga se deslizaba hacia arriba y abajo entre sus redondas nalgas. No podía girar la cabeza para mirarle a la cara, porque el hombre con la otra mano la tomó por los cabellos de la nuca, dejándola inmóvil.La otra mano aflojó la presión en su cintura y se deslizó hacia abajo, para levantarle el vestido y abrirse paso entre sus muslos.Encontró que no llevaba ropa interior, así que un par de dedos comenzaron expertamente a acariciarle el clítoris, mientras ella comenzaba a sentir la humedad y el calor que iba subiendo desde allí abajo.Los dos dedos finalmente empezaron a entrar y ...
    ... salir de su concha, haciendo que ella tuviera que retener los gemidos que le provocaban semejante excitación. Unos minutos después sintió que una verga enorme reemplazaba a los dedos y comenzaba a dilatar muy despacio su vagina, penetrando bastante profundo.Luego de unos instantes sintió que le metía el resto de esa verga hasta el fondo, hasta donde jamás había llegado yo mismo. Ese fue el instante cuando yo noté que la estaban cogiendo. El embate duró unos pocos minutos, sintió más dolor que placer, ya que la pija era bastante gruesa y le hacía sentir la fricción contra las paredes vaginales, a pesar de la intensa lubricación que le había provocado en el toqueteo previo.Repentinamente el tipo suspendió el bombeo y se salió, abrazándola otra vez firmemente por la cintura y comiéndole la boca en un beso húmedo, que ella reconoció le había respondido agradecida.Le toqué suavemente entonces la concha con mis dedos, entraban tres juntos con facilidad, debido a la dilatación que le había provocado, pero efectivamente no había signos de que el hombre hubiera acabado dentro de ella.Anita había quedado muy caliente al no haber podido acabar ella durante la tremenda cogida, así que decidimos suspender el paseo y regresar a nuestro hotel, donde cogimos el resto de la tarde como locos, recordando esos instantes vividos en el subte lleno de gente. 
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