La Educación de William
Fecha: 29/06/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... arrolladora presencia. Habló con los padres de William y los convenció de entregarles su hijo asegurándoles su futuro bienestar y una vida llena de satisfacciones en compañía de la familia Estévez. Los padres de William, aún sin entender porqué no podrían estar con su hijo en el momento más importante de su vida, consintieron a regañadientes, llevados tal vez por el encanto femenino de María Victoria y por el aura de prosperidad que demostraba. Así, los tres emprendieron viaje hacia la mansión de los Estévez y un nuevo capítulo empezó en la vida de William J.Félix, que él nunca sospechó ni en sus más oscuros sueños. Acudieron a recibirlos las hermanas de María Clara, una mayor y una menor que ella y que su hermano Víctor. Este y su padre, aún no le fueron presentados. Tan pronto llegaron, y una vez hechas las presentaciones de rigor, William fue llevado por las damas hacia un salón privado contiguo a la enorme sala de recibo y allí vislumbró cuál era su futuro. La madre se sentó cruzando sus fabulosas piernas frente a todos, observando cada movimiento. William fue tomado abruptamente por las dos hermanas mayores, con el divertido consentimiento de María Clara, y desvestido por ellas rápidamente mientras su novia observaba sentada a los pies de su madre. Sus ropas, en una bolsa, fueron entregadas para incinerarlas. Angélica, la mayor, blanca a diferencia de la madre y de María Clara, de unos 27 años, ojos profundos, nariz respingona, vestía unos cortos pantaloncitos oscuros ...
... que al moverse, lanzaban sus encantos a la vista. Se movía con mucha seguridad, característica de todas las de esta familia, y su voz, tranquila y sin entonación sacudió los oídos del avergonzado William que , rojo hasta la médula de los huesos, procuraba taparse el pequeño miembro con las manos ocultando una erección que lo mortificaba más aún. "Has llegado a esta casa y serás el marido de nuestra querida hermanita... la pequeña María Clara, adoración de nuestra familia, y una de las menores..., desde este momento debes saber que nuestra madre, aquí presente, es la jefe absoluta y que los hombres que la componen son nuestros siervos sumisos. Si crees que no podrás someterte a nuestro femenino yugo, estás a tiempo de salir por esa puerta y olvidarte de nuestra hermana. Pero si no lo haces, conocerás la servidumbre, la humillación y el trato fuerte que te tendremos que administrar hasta llevarte a ser el más dedicado, fiel, humilde y sumiso de los esclavos. No llevarás más ropa que un delantal que te daremos, y serás el siervo de cada una de nosotras... nos atenderás, obedecerás y serás el juguete que nos hace falta para nuestra diversión. Mi padre, desde el momento en que se unió a nuestra bella madre, supo que ese sería su destino y aún después de tantos años, es entrenado por mi madre para nuestra satisfacción. Nuestro hermano, igualmente lleva su esclavitud con algo de reticencia, pero aún es joven a sus 18 años y puede ser entrenado con mucha autoridad por cualquiera de ...