A mi prima se la vuelvo a arrimar
Fecha: 30/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... rápido, tranquilo que no me quedaré preñada. Nos apoyamos contra una roca y tras el calentamiento previo, me la follé en el agua. Me agarré a su culo y ya no la solté durante todo el polvo. Con la calentura nos corrimos enseguida. Nos quedamos abrazados flotando en el agua. -¡Qué calentura primo! Me he quedado tan a gusto. Ahora nos toca hacerlo más lento. La lluvia empezó a apretar entonces y decidimos salir del agua. -¿Y ahora qué hacemos? Si nuestros padres ven la que está cayendo son capaces de venir a buscarnos si no volvemos. -No problemo, me dice, les mando un whatsapp y les digo que estamos en la cafetería que hay aquí al lado, tomando algo y solucionado. Y tu y yo seguimos dándole al tema. -Uy que viciosilla, yo me apunto al plan. -¿Dónde quieres que lo hagamos? -He pensado en una caseta que hay debajo de la del vigilante, para recordar donde perdí la virginidad. -Vale, vamos allí. Recogimos las toallas y la sombrilla y nos dirigimos a la caseta. El socorrista estaba justo encima de nosotros, cubierto con un chubasquero y vigilando con unos anteojos. -Mira que ocupado está, me dijo mi prima y me guiñó un ojo. Se bajó de la caseta y se fue a cambiar la bandera amarilla por una roja. Al volver a la caseta nos fijamos en que había una socorrista muy guapa con un chubasquero también, que estaba esperándole. Se metieron dentro, aunque podíamos verlos besándose. Se quitaron el chubasquero y el bañador y se pusieron a follar. Mi prima empezó a masturbarse bajo ellos y yo ...
... me uní a ella masturbándome también. En eso estábamos cuando sonó el walkie del vigilante. La parejita se sobresaltó y dejaron de hacerlo. Nosotros seguíamos a lo nuestro, pero cada uno individualmente, mirándonos a los ojos como dos viciosos, eso nos excitaba aún más. El vigilante bajó corriendo y salió a la playa y la chica nos descubrió masturbándonos. -¿Qué hacéis ahí? ¡Guarros! Salimos por patas y fuimos a escondernos a otro lado. Encontramos refugio donde guardaban las barcas y patines de alquiler. Esther pasó a la acción de inmediato y chupó mi pene, que se volvió a poner erecto al momento, había perdido la erección al ser descubiertos por la socorrista. Se puso encima de mí y se la clavó con ardor. Estaba muy húmeda y entró muy suave. Me cabalgaba con fuerza, primo, primo, gemía, ah, ah, ah, qué bien me follas, aunque era ella la que me estaba follando. Me daba que pensar que nunca dijera mí nombre, solo primo, pero al ver sus tetas botando frente a mí y su cara de placer, me olvidé de esta tontería. -Me corro prima, me voy -¿Adonde? je, je, anda aguanta un poco, espera. Se paró un poco y esperó. ¿Mejor así? -Sí, uf, ya puedes seguir. Siguió follándome y en unos minutos más nos corrimos los dos, agarrados de las manos. -Mi primo, uf que gusto por dios, como has aprendido, siempre voy a querer hacerlo contigo. -Oye, nuestros padres, ¿no nos echaran de menos? -No, que va, ni se enteran. A estas horas seguro que están haciendo lo mismo que nosotros. Justo en ese momento ...