Depravación
Fecha: 01/07/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Angelito;), Fuente: SexoSinTabues
Todo comenzó por internet, en un chat concretamente... DEPRAVACIÓN Siempre he sido un joven atraído por el sexo en muchas de sus facetas. La masturbación era algo soberbio para mí. A pesar de los intentos de mis padres porque no descubriese ciertos placeres de la vida, la naturaleza me llamó a la relativamente avanzada edad de 16 años. Fue una época de fervor, masturbaciones continuadas, empleando mi imaginación al máximo. Era un vicio del que debía escapar. Así que comenzaron los noviazgos, las niñas pijas (el ambiente no me permitía otra cosa) y todas esas tonterías que hacen al hombre olvidar muchas cosas. La falta de sexo ocupó una larga época y, aunque después se manifestó con mucha intensidad, la masturbación había quedado desfasada para mí. Hace poco pasaba por una época de olvido, de tranquilidad, sin necesidades. Carecía de sexo pues no me era necesario. Sin saber por qué, había dejado de practicar algo que tanto me gustaba y llamaba la atención. Todo lo expuesto arriba representa un periodo de 8 años aproximadamente. Así que imaginad mi situación: sin porno, sin sexo, sin nada. Pero llegó internet y con él mis ganas de conocer gente; gente aburrida al principio hasta que. Prefiero no dar nombres, edades y demás datos, pero diré que la conocí únicamente por poseer los mismos gustos con respecto al manga. Sus fotos del msn me llamaban profundamente la atención, su forma de ser era abrumadora y su hablar infundía excitación. Era toda una hembra que habría de conocer. ...
... Al principio nuestras charlas eran paupérrimas, sin coherencia ni sentido alguno. Hasta que ella comenzó a ahondar en mi ser, a despertar el ave fénix que llevaba dentro. Una buena noche, antes de salir a trabajar, nos descubrimos el uno al otro. El acto a seguir fue describir una escena con todo lujo y detalle, con la mayor motividad posible y un morbo. Al principio era un poco light: yo le huntaba una crema por todo el cuerpo, luego se apoderó del mando, nos montamos un colosal 69 y comenzó a botar encima. Ni que decir tiene que me masturbé de lo lindo mientras ella hacía lo propio desde su casa. El semen salió disparado de mi miembro cual bala de cañón. Era una cantidad inmensa, la de hijos desperdiciados. Ella lo quería todito sobre su cuerpo pero no pudo ser. Nuestro primer contacto resultó abrumador. Hubo más encuentros, más formas de hacerlo, cada vez más mórbidas. Carecíamos de cámaras web, mas nuestras fotos nos servían de alivio. Cuando ella no estaba me masturbaba con sus fotos, luego se lo contaba y, complacida, me pedía más. Había días que nos tirábamos pegados al ordenador haciéndolo, con descansos mínimos, al límite. Empleamos cada vez situaciones más morbosas: como que éramos jovencitos, que no sabíamos nada del sexo, que me pillaba en casa masturbándome, que me ataba a la silla mientras ella se tocaba. y un largo etcétera que sería imposible de relatar aquí. Esto era sólo el principio, habríamos de quedar, vernos y hacerlo mejor de lo que pensábamos. Para tal ...