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Un sábado noche en Sevilla
Fecha: 03/07/2018, Categorías: Intercambios Voyerismo Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... la cocina. Voy por ella. Mónica se quitó el abrigo. Manu se le quedó mirando. La verdad es que era una tía espectacular. Llevaba bajo el abrigo un sueter rosa que le marcaba todo el pecho y la cintura. Y unos vaqueros que realzaban sus piernas, bien formadas y fuertes gracias a los deportes que practicaba, fundamentalmente el padel. Como zapatos llevaba unas Adidas blancas, lo primero que había cogido de casa. La chica joven también se quitó el abrigo. Bajo el mismo lo que llevaba era un sueter de pico bajo del que asomaba una camisa blanca. La chica pidió los abrigos y los colocó en un perchero a la entrada del salón. Se sentaron en el sofá. Manu y Monica en uno, y la chica en otro. Formaban una L. La chica se dió cuenta que sobre una mesa que había entre los sofás había una foto de una pareja, seguramente sus padres, y la volteó. Los miró luego y sonrió. Al poco llegó el chico. Llevaba una bolsa con una botella de ginebra y otra de ron, una cola y un par de tónicas, junto a una bolsa de hielo. Se sirvieron otra copa todos, menos la chica, y siguieron hablando, aunque ahora si empezaron a hablar de sexo. El chico les dijo que llevaban algo más de medio año juntos, pero que les iba la marcha de todo tipo y que follar delante de extraños les ponía mucho. Sabían que un par de veces mientras lo hacían en la calle los habían mirado y eso les ponía a mil. Por eso se habían animado a poner el mensaje. -Y por eso estamos nosotros aquí – dijo Mónica sonriendo. Manu la miró. Mónica se ...
... echó atrás en el sofá y colocó una mano hacia arriba como diciéndole a la pareja que a qué estaban esperando. La parejita se miró, dejaron sus vasos sobre la mesa y empezaron a besarse. La verdad es que eran besos muy normalitos. Se veía que la chica no estaba cómoda. El novio la empujó levemente hacia atrás y siguió comiendole la boca y el cuello. Manu miró a Mónica y ésta le hizo un gesto como indicándole que no estaban viendo nada especial. Manu volvió a mirar a la pareja. El chico le había metido la mano bajo el sueter y la camisa y se veía que jugaba con los pequeños pechos. También vió como la lengua de él entraba y recorría la boca de ella. Se veía que él intentaba hacerlo lo mejor posible pero ella seguía incómoda. La empujó algo más y Manu y Mónica pudieron ver la otra mano del chico entrar bajo la falda y empezar a tocar los muslos de la chica. El espectáculo no era nada del otro mundo. Cierto. Pero la polla de Manu empezaba a hincharse bajo su vaquero. El chico se levantó, se descalzó y se bajó los pantalones. Tenía un pene largo y delgado. Iba depilado y tenía un tatuaje de un tribal en una pierna y algo parecido a una estrella cerca de donde nacía la polla. Una polla que ya lucía semierecta. La chica se acercó a él y empezó a mamársela. Lo hacía lentamente, dejando asomar una pequeña lengua rosada. Su boca era pequeña y la polla del chico, pese a ser delgada, se la llenaba completamente. Hacía la felación con los ojos cerrados. El chico mantenía sus manos en sus ...