Esteban y el sádico pt 2
Fecha: 09/07/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Después de haber eyaculado con fuerza y de dejarle el culito lleno de mi leche, quería hacerle muy claro a Esteban que no era un juego, que yo estaba hablando en serio y que doblegaría su voluntad completamente, buscaría llevarlo a su punto de quiebre, al punto sin retorno, donde él deje de pensar, deje de tomar decisiones sin mi permiso y simplemente se incline a mis pies. Esto está sucediendo actualmente y poco a poco iré dando más detalles que permitan a quienes viven cerca o a quienes puedan viajar ver que es algo real y muy entretenido. Gracias por leer mis relatos, apenas hoy creé cuenta en la página, por eso el anterior quedó publicado anonimamente. A partir de ahora serán desde este perfil Estaba sentado al borde de la cama con mi pene aún erecto pues me pedía más, quería disfrutar al máximo de ese gordito sumiso cuyo apetito voraz se extendía también al sexo (como iría descubriendo conforme pasaba el tiempo) y al verlo en el suelo, aun llorando y con la respiración agitada, mi mente empezaba a imaginar más torturas, unas muy sencillas como pinzas en sus tetillas, otras más fuertes como el atravesarlas con una aguja y unas que seguramente me meterían en problemas pues, sé de primera mano, son ilegales. Él empezó a moverse torpemente y buscaba ponerse de pie, pero esa no es la forma de caminar que debe tener frente a mí estando a solas. A: ¿Qué haces? No me digas que quieres caminar un poco, darte una ducha y descansar, es que apenas estamos empezando. Él asiente ...
... lento con los ojos muy abiertos e intentando balbucear alguna súplica o petición que no es de mi interés y asumiendo una posición de perrito se acerca a mí y lo detengo colocando mi pie en el centro de su cara firmemente. A: Ahora vas a ir al baño, haz todo lo que debas hacer, toma una ducha y regresa limpio y perfumado a mis pies y tan pronto terminé de hablar, se dio vuelta y se fue hacia el baño andando como un perrito. Una vez que estaba listo regresó donde yo estaba y se acostó bajo mis pies, curiosamente, aún tenía la cinta en su boca. Eso me causó curiosidad, se la arranqué de un solo tirón y le pregunté por qué no se la había quitado y me respondió que no estaba dentro de las órdenes que le di, aunque su respuesta me alegraba mantuve una expresión firme y austera. ESO ME MOSTRÓ QUE TIENE MUCHO POTENCIAL, SOLO HAY QUE SABER EXPLOTARLO. En un rincón del cuarto, aparentemente olvidados, estaban los demás instrumentos que le pedí y decidí que era hora de subir más el nivel, de ver cuánto estaba dispuesto a aguantar. El primero en aparecer fue el pequeño tazón; normalmente no permito que mis sumisos eyaculen masturbándose, me gusta entrenarlos a que lo hagan con el placer de la penetración pero en este caso hice una excepción A: mastúrbate y eyacula dentro del tazón, no preguntes nada. Empezó un show que jamás olvidaré: tomaba un dedo de su mano izquierda, lo mojaba en su saliva y se penetraba su culito al tiempo que con su mano derecha se empezaba a pajear, a un ritmo casi ...