Mi maestra y su perro
Fecha: 01/10/2017,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Los chicos pensaís que nosotras no tenemos nuestras necesidades sexuales, aun los médicos, todavía después de mucho tiempo no saben definir el orgasmo femenino y muchas cosas mas de nuestro organismo sexual. Yo sé que a muchas de nosotras no nos gusta comentar lo que es nuestra vida sexual, qué sentimos, qué hacemos, cuando no nos sabeis aplacar ese calorcito que se nos viene y se nos va, cómo hacemos para no quedarnos así y de verdad es un tabú, acá en mi casa las mujeres no somos una excepcion de la regla, nadie comenta nada, nuestra regla, nuestras masturbaciones, como nos desvirgan, nos casamos, tenemos hijos, les ponemos cuernos y nadie comenta nada de nada, nos olvidamos que somos, sin equivocarme, el otro complemento sexual de los chicos. Tenía 19, mi hermana 18, vivíamos en el segundo nivel. Mi padre, un enamorado del futbol soccer, tenía un equipo, con mi madre peleaban constantemente, porque después de un partido siempre se iban a bañar todos los jugadores a nuestro apartamento y dejaban eso, bueno imagínense... mi padre por eso, en la parte del jardin de abajo había mandado a hacer un baño solo para ellos y nosotras desde la ventana los veíamos desnudos, les conocimos su pene a todos. Yo a esa edad pensaba que como era posible que esas cosas le pudieran entrar a una en ese hoyito, no lo concibía, me decía que era imposible, que el sexo era de otra manera, hasta que un día buscando entre las cosas de mis padres encontre, lo que para mi fue mi despertar mentogenital, ...
... un VHS pornográfico, en ese momento no sabía de que se trataba. Me lo lleve a mi cuarto y por la noche, lo puse, se trataba de una chica que se metía la cosa de un hombre de color, en su vagina y en su boca, de verdad que me puse calientita de verlo, ante ese espectáculo, tuve mi primera lubricación sexual, sentía maripositas en la boca del estomago, me abri de piernas y me toqué, tuve allí tambien mi primera contracción vaginal, senti que mi cuerpo había estallado, no comprendí que era lo que me estaba sucediendo, me quedé bien dormida. Me había convertido en muy amiga de mi profesora y ésta también me había tomado cierto cariño, me ayudaba mucho, era una mujer de mediana edad, no era bella, pero sí generaba mucha vitalidad, en varias oportunidades me solicitó que me quedara a cuidar su casa, que quedaba enfrente de mi casa y mi mamá gustosa siempre le decía que sí, estábamos a punto de cerrar ciclo escolar y ese día me pidió que si volvería a quedarme en su casa, al salir fuimos con mi madre y como siempre accedió, ese día, como siempre me pidió que por las noches no dejara entrar a su perro a la recámara, que se quedara en la sala. Ya estando en la casa, me bañé y me acomodé en su cuarto a ver televisión, ya tarde me dio hambre y me levanté a la refrigeradora, como traía las manos ocupadas y me faltaba el refresco la puerta la dejé abierta y en ese descuido el perro, un gran danés, grandote se metió al cuarto y no me di cuenta, como se imaginarán solo estaba en brazzier y ...