1. Una clienta diferente a las demás


    Fecha: 13/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Soy un chico normal de 21 años, 175 cm pelo castaño, ojos verdes y vivo en España... Mi madre es lo que se dice empleada del hogar, pero a la vez realizaba trabajos de sastrería casera que le permitía ganarse unos saneados salarios, y yo era el que se encargaba de realizar los encargos, lo normal, ir a tal casa recoger, volver a llevar, cobrar, etc.... Normalmente yo no me solía fijar en sus clientas dado que eran señoras mayores pero había una que me resultaba realmente agradable, era un señora de unos 45 años, morena, delgada y casa. Yo solía hacerle los encargos a mi madre, y esta señora siempre me trató muy bien así que la tenía en gran estima. Bueno pues un día llegó a mis oídos que esa señora se había divorciado de su marido por problemas de adicción al alcohol de su cónyuge, con lo que la primera vez que la vi tras lo sucedido, le pregunté por su estado poniéndome al corriente de todo. A los pocos días de verla llegó a mi casa para que mi madre le arreglase unos pantalones, tras lo cual yo procedí ipso facto a llevar a su casa, que distaba pocos metros de la mía. Como llegaba tarde a la facultad le notifiqué a mi madre que el importe del arreglo se lo daría cuando volviera de clase pues iba muy pillado de tiempo. Llegué a su casa y llamé por el interfono me identifiqué y me abrió. Llegué al rellano del piso y toque con los nudillos en la puerta, acto seguido apareció ella, llevaba una camiseta verde que le llegaba poco más abajo de la cintura, ante esto pude ...
    ... asombrarme por sus magníficas piernas, ella me miró y me pregunto sonriendo que cuanto era, y yo como estaba en Babia no me enteré hasta que me repitió la pregunta, le notifiqué el importe, fue a buscar el bolso dándome una visón espléndida de su culo, y regresó contando el dinero que tenía en el bolso, pero cuando iba a pagarme se le cayeron varias monedas al suelo, que se dispuso a buscar, con tan mala suerte (para ella), que varias se alojaron debajo del recibidor, las cuales me ofrecí a recuperar, ella me lo agradeció y me invitó a pasar, cerró la puerta tras de sí y yo para no quedarme tonto me puse a buscar. Ella se agachó también y recogí las monedas pero cuando me volví me la encontré culo en pompa hacia mí buscando otra moneda, ahí si que me quedé embobado, ella sin verme me dijo que si le podía ayudar que con sus brazos no llegaba debajo del armario, pero yo no la oía sólo me fijaba en su monumental culo, ella sin saber yo porqué, se echo hacia atrás y me puso el culo a 10 cm de mi cara, así que yo ya no me contuve y le pasé la mano por la vagina, y ella respondió con un ligero gemido, estaba visto lo que yo quería y ella no ofrecía resistencia, así que me dispuse al ataque con toda la artillería. La agarré por las bragas y de un tirón se las bajé, y apareció ante mi un coño parcialmente rasurado del que rápidamente me adueñé, le separé con los dedos los labios y me puse a lamer como un descosido, cuanto más rápido lo hacía ella más gemía, hasta que de pronto gimió ...
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