Compartiendo a Mar
Fecha: 21/07/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Se dejó vendar los ojos mientras su cuerpo temblaba, entremezclados el miedo y la excitación. Los sonidos de la fiesta llegaban claramente del salón. Dejé a Mar un momento para retirar los objetos de la mesa de la cocina. Luego me acerqué a ella por detrás y la abracé, mis manos recorrieron su cuello bajando por los pechos, con un movimiento circular, después por su vientre hasta su sexo. Notaba pequeños espasmos. La empujé suavemente hacia la mesa, inclinándola por encima. Tomé la cuerda de encima del mostrador y anudé sus muñecas, juntándolas. Pasé la cuerda por la parte posterior de la mesa y até el otro extremo a las patas. Así Mar quedó tendida de bruces en la mesa, inclinada, su trasero ofreciéndose. Tomé posición detrás de ella y levanté su vestido. Me quedé mirándola. Mostraba un aspecto lujurioso, los zapatos de tacón, las medias, el tanga oculto entre las nalgas, invitaba a poseerla en ese instante. Pasé mi mano por el interior de sus muslos, obligándola a abrir las piernas, y luego recreándome allí donde el tanga se hundía profundamente entre los labios de su sexo, acariciándolo hasta que noté la presencia de humedad. Abrí la puerta de la cocina. Luis estaba esperando ansioso, su mano moviéndose por encima del bulto de su pantalón. Ante una seña mía entró mirando con apetito desmedido hacia Mar. Nos acercamos a ella, acariciando su piel. Tomé la tira del tanga y la hice a un lado, dejando al aire sus agujeros prometidos. Introduje uno de mis dedos en su vagina ...
... iniciando un ligero movimiento de entrada y salida, hasta que noté que la humedad mojaba mi mano. Luis ya estaba desnudo de cintura para abajo, su polla apuntado hacia Mar mientras se masturbaba ante la visión. Me retiré para permitir que la penetrase, lo que hizo sin medimiento, de manera algo salvaje, haciendo que Mar diese un pequeño grito ante la invasión de su interior. Los movimientos de Luis empujaban a Mar contra la mesa, al principio pausadamente, aumentando a intervalos hasta llegar a ser frenéticos. Mar los encajaba, su respiración entrecortada por cada embestida. Cuando Luis notó que se corría sacó rapidamente su miembro del interior y eyaculó dejando que el semen mojase el trasero de Mar, desahogándose. Luis se vistió y salió de la cocina. Le quité el tanga mientras Jorge hacía su aparición. A diferencia de Luis se había quitado la ropa previamente y su polla venía preparada para el combate esperado. Antes incluso de indicarle nada la introdujo en Mar, sin espera, de manera que ella, sin aviso previo, se encontró de nuevo ensartada, ahora por un miembro diferente. Los empujes de Jorge fueron todavía más fuertes que los de Luis y Mar, ya perdido el rumbo de lo que pasaba, empezó a gemir, a pedir más, alcanzando un orgasmo casi descontrolado, perdiendo fuerzas. El éxtasis de Mar llevó a Jorge a su punto crítico, quedándose quieto. Entonces estalló al mismo tiempo que la sacaba, chorreando entre las piernas de Mar, mojando sus muslos y las medias, jadeante por el ...