Pasaba por ahí
Fecha: 23/07/2018,
Categorías:
Bisexuales
Gays
Autor: Julien, Fuente: CuentoRelatos
... explosión de placer, fue el momento en el que me empezó a mamar la verga, succionaba mi glande igual de rico que lo hizo con mis tetillas. Mientras me la mamaba, con sus manos masajeaba mis nalgas y pronto sentí la yema de sus dedos masajeando mi ano. Sentí como succionaba todos mis jugos, estaba empezando a experimentar un orgasmo y sentí desde el vientre un deseo inminente de eyacular, de venirme en su boca. Fue en ese momento que me soltó, me volteó y comenzó a lamer nuevamente, ahora desde las corvas, subiendo por las piernas, me daba pequeños mordiscos en las nalgas, así siguió por mi espalda hasta llegar a mis hombros y mi cuello, en ese momento sentí su verga dura y babeante chocar y rozar entre mis piernas y las nalgas, estaba disfrutando su aliento fresco y su lengua húmeda entre mi nuca y las orejas cuando sentí su glande en la entrada del ano, sentí como se relaja mi esfínter y tuve la sensación de querer absorberlo, que mi ano lo succionara en automático, sufrí un instante, casi se lo pido, pero en el momento que más lo desee fue cuando sentí sus manos separando mis nalgas, sentí como me lubricaba con sus jugos y lentamente fui sintiendo como se iba abriendo paso su verga dura y jugosa hasta sentirla dentro casi por completo. Mi cuerpo estaba tan relajado y mi culo tan deseoso que pronto comencé a moverme un poco para disfrutar de su verga, mientras él me acariciaba la espalda y las nalgas. Yo estaba hincado sobre la alfombra y con medio cuerpo sobre el sillón ...
... en la sala de su casa. Mientras me penetraba me dijo que le encantaba el sabor de mi verga, de mis tetillas, de todo mi cuerpo, que estaba loco de ganas, que por más que las cosas iban bien, no acaba de creerse lo que estábamos haciendo, fue en ese momento que me relaje y deje que él se moviera y me envistiera con toda su lujuria, y así fue, sentí como se inclinó sobre mí y empezó a morder mis hombros, a lamer mi espalda, sentí como tomó mi verga y empezó a masturbarme. Sentía como escurría mi ano, el golpeteo y lo mojado que estábamos causaba un sonido magnífico, sentí como se contorsionaba dentro de mi esa verga generosa y estupenda, al mismo tiempo él se quedó quieto con tan solo sus testículos fuera de mí, la sensación fue intensa, sentía su mano masturbándome y su verga muy dura y rica dentro, así que eyaculé, fue un orgasmo cósmico, todo mi cuerpo lo disfrutó, también mi alma. En cuanto sintió cómo se erizaba y se contraía mi cuerpo comenzó a penetrarme frenéticamente, me masturbaba y lubricaba con mi propio semen, así estábamos cuando sentí como su verga se chorreaba dentro de mi culo, y mi culo se lo agradecía succionando cada gota. Nos separamos y nos recostamos sobre la alfombra, nos mirábamos y sonreíamos totalmente cansados y llenos de placer. Descansamos cerca de veinte minutos, nos servimos varios tragos y volvimos a hacerlo, esta vez me tocó probar la delicia de su ano, morder sus hombros y lamer el sudor de su espalda. Y ese día empezó una de las más grandes ...