Ya no tan pelele - Relatos Eróticos

Ya no tan pelele

... pasta, tiene dos hijos y que merced a mis investigaciones y las películas que había grabado de sus infidelidades el sábado lo convertí en un sábado de pareja de esclavos. Con Alfredo (así le llamaré) quedé el jueves anterior y le enseñé las películas grabadas donde follaba con mi mujer y le amenacé con hacérselo llegar a su mujer si no aceptaba lo que le ordenaba hacer el sábado con mi mujer. Muerto de miedo por mi posible delación a su mujer, acepto en el acto y así comenzó el “sábado de esclavos”. Cuando mi mujer me vio aparecer con Alfredo llevándolo con una cadena al cuello y de rodillas cambio su sonrisa por un grito y lloriqueo oliéndose lo que iba a pasar. Lo primero que hice es atarlo al lado de mi mujer y meterle mi polla en la boca mientras me reía de su hombría y a mi mujer le hacía comerme el culo, así seguí cambiando los interpretes de instrumento, una vez me chupaba la polla él y otros ella logrando que ambos se rindieran a mi uno por el miedo a su mujer y la otra por vicio. Así estuve toda la tarde metiendo mi polla en todos los agujeros de mis nuevos sumisos, unas veces bocas otros culos y solo una vez en el coño de mi mujer, pero solamente durante 30 segundos los suficientes para que se quedara con las ganas de disfrutar de un orgasmo. Esa tarde solamente disfrute castigándolos con objetos en sus culos y haciéndoles comer mis pies y un par de corridas en sus bocas, que tragaron sin rechistar y tapándolos con unas mantas viejas y atados en la cama les apague ...

... la luz y a dormir todos llenos de sudor y leche mía en sus caras. El domingo les desperté a zapatillazos en sus culos y después de mi desayuno, les volví a dar por el culo a la vez que se los calentaba con golpes de zapatilla, que no les gustaba lo mas mínimo. A mi nuevo sumiso le puse a limpiar la casa en pelotas y a mi mujer la limpié un poco con una esponja pues no estaba seguro de su reacción si la soltaba. Cuando Alfredo termino de limpiar le hice hacerme una mamada con los ojos vendados y cuando le quité la venda descubrió horrorizado a su mujer contemplando la escena con una sonrisa de oreja a oreja, aquello hizo que se tirase a los pies de su mujer implorando perdón y ella con toda la calma del mundo le hizo chupar sus zapatos y luego sus pies mientras le golpeaba en el culo. Lo siguiente fue desnudar a Inés (así la llamaré) y follarnos mutuamente mientras nuestros respectivos chupaban nuestros pies Mari los de Inés y Alfredo los míos, luego Inés daba por el culo a Mari y yo a Alfredo corriéndome en los pies de Inés y haciendo que se los limpiaran los sumisos a lengüetazos. Toda la tarde prosiguió a ese ritmo gozo para Inés y para mí y castigo para Mari y Alfredo. En definitiva, Alfredo se ha convertido en un auténtico esclavo de Inés y Mari ha aceptado que yo siga siendo su cornudo, pero teniendo voz cantante en las relaciones y que de vez en cuando me permita disfrutar de Inés y del culo de Alfredo. Aunque no me gustan los hombres, siento un verdadero placer en dar ...