Juan y Rolando
Fecha: 28/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... los ojos puyúos, abrió la bocota y me comenzó a hacer la paja más rápido, dándome lenguetazos de cuando en cuando. Yo le dije: "Te voy a acabá en la cara", hasta que solté un chorro de leche directo a su boca, y luego otros más seguidos que la muy puta se tragó, diciéndome: "Dame más, papito, así, así". La Carolina también se había bebido los líquidos de mi amigo y de pronto volteó, hacia nosotros, con la cara llena de semen. Nos vio, a ella sin la parte de arriba del traje de baño y a mi con el short por las rodillas y mi paloma desfalleciendo. Las dos se echaron una mirada cómplice y luego se cagaron de la risa estruendosamente. Se limpiaron con una toalla –a mi me limpió el palo- y casi llegando a Caracas Yuleimi se puso una franela, sin nada abajo, dejándole los pezones marcados a simple vista. La historia no termina acá. Juan tomó rumbo acelerado al local. Llegamos, estacionamos, nos bajamos y caminamos rápido hacia el local. Juan abrió los candados y entramos los cuatro. Abajo pusimos música y hablamos mientras mi amigo fue a comprar una botella de ron, a una licorería cercana. Al regreso sirvió unos palitos y Juan empezó de nuevo con la vaina: -Anda, negrita, muéstrale las tetas a Rolando, le dijo a Carolina. Eso me puso de nuevo a millón porque sabía que lo que venía era candela. Carolina miró pícaramente a su amiga Yuleimi y comenzó a hacer un streap tease. Se desanudó primero la parte de arriba del traje de baño, que aún conservaba, y salieron esas dos teticas ...
... bellas. A mi se me paró totalmente en el acto, y Juan ya tenía el palo suyo afuera. Era bastante normal, aunque no descomunal. Como de unos 14 centímetros flácido. Carola se terminó de quitar el sostén que lanzó a un lado, mientras todos reíamos y aplaudíamos. Luego se fue bajando de laíto el bikini: un poquito por la derecha, otro poquito por la izquierda, hasta que se le vio totalmente el pelero. Juan le gritó: "Quítate toda esa vaina, no joda!". Carolina quedó en pelota y se veía toda su figurita. De verdad que la morena estaba buenísima. Yo seguía con mi súper erección y Juan terminó de levantar unos centímetros más, como hasta los 18, creo. La puta de Yuleimi se fue gateando hasta donde Juan y le agarró la paloma para iniciar otra de sus monumentales mamadas. Carolina me hacía con los dedos índices una señal para que fuera hasta ella. Obedecí ciegamente mientras ella caminaba hacia atrás, riéndose bajito. Caminé despacio, con mi miembro erecto, hasta que Carolina llegó a una pared e hizo un gesto como de "ay! No tengo escapatoria!". Allí la agarré y comencé a mamarle las tetas. Ella, que le producía una gran excitación mi lengua sobre sus pezones paraditos, se puso de rodillas y me mamó el güevo lentamente. ¡Mira que también sabía hacerlo! Pajeaba suave y metía y sacaba mi miembro de su boca rítmicamente. Estuvo un rato y luego me llevó al otro extremo del salón. Pasamos al lado de Juan y Yuleimi que ya estaban tirando como los buenos: Ella arriba. Carolina me metió en un ...