La doctora Diana - Relatos Eróticos

La doctora Diana

... solos y los tira al piso. Con su mano empieza a masturbar a Jonatan. El respira con mucha fuerza, no quiere suspirar para no hacer ruido. Ella deja caer saliva en el glande y sigue trabajando con las manos. Es una diosa. Deberia trabajar en la industria porno, piensa Jonatan mientras ella le pracrica sexo oral. Mueve la cabeza de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba. De vez en cuando quita el genital de sus labios y suelta un suspiro seguido de una risa traviesa. La doctora se recuesta encima de su paciente y pone sus pequeños pechos en el rostro de Jonatan mientras el sujeta con fuerza su trasero y le mete los dedos en la vagina. Ella gime. Gime con mas fuerza. Gime maldiciendo del placer que siente. La cosa se puso seria. Los dos se desnudan por completo -ella no se quita las gafas-. Y ella le da unos famosos sentones al paciente. Mete su humeda y tibia vagina en el pene. Los dos gimen y suspiran por el enorme placer que sienten. Pareciera que el tiempo se congelara y lo unico que existiera fueran ellos dos fornicando. La doctora se levanta y camina al escritorio menenado el trasero. Y se agacha tomando las esquinas con sus manos. -Vamos. Se ...

... que es tu sueño hacerlo asi. Todos los dos queremos hacerlo de esta manera y tu lo sabes. -dijo jadeando la Doctora Diana. Jonatan la toma de la delgada cintura. Ella rie ligeramente de la emocion. Respira produndamente. Exhala profundamente. Mete su pene en la vagina de la doctora, lentamente. Ella intenta no gemir de lo bien que se siente. Acto seguido: la sigue penetrando. Jonatan saco su pene de la vagina de la doctora Diana. Ella se puso de rodillas y masturbo con fuerza y rapidez a su paciente. Ella sonreia. Y despues de unos segundos hecho su tibio y espeso semen en la cara de la doctora. Ella suspiro una vez mas mientras todo el esperma caia en su rostro y se ensuciaban sus gafas. Estaba bañada de semen y sudor, una bella imagen. -¡Oh Que bueno fue eso, Mierda!-dijo Jonatan -Si que lo fue- respondio la doctora mientras le seguia chupando el pene. El se puso su ropa que traia antes de llegar y ella limpio su rostro y gafas para que nadie sospechara. -Muchas gracias Doctora Diana. -No hay de que. - contesto Diana con una sonrisa. -¿Podemos volver a hacerlo? -Lo siento. No salgo con pacientes. Lo hecho del consultorio y ella cerro la puerta. Fin.