1. La granja ¿Premio o castigo? (5) Un mal recuerdo


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Gays Incesto Autor: Crom, Fuente: CuentoRelatos

    ... precioso, bebito – me dijo con una notable excitación. Me recosté en su pecho, cerro sus brazos alrededor de mi espalda y mi tío me empezó a follar, su pelvis hacia todo el trabajo mientras su pene entraba y salía de mi ano, me levantaba levemente como intentando meter algo mas pero ya todo estaba dentro. Me libere de la prisión de sus brazos, puse mi manos como soporte en sus pectorales y me empezó a mover como si estuviera cabalgando, me movía y movía como nunca lo habida hecho antes, verdaderamente Cris me había dejado muy excitado, la sangre me hervía y la cama parecía que se iba a desarmar. Mi amor que rico te mueves – dijo haciendo muecas en su rostro por la excitación. Yo no contestaba y seguía en lo mío, me movía en círculos, adelante hacia atrás, hacia todos los movimientos que conocía con tal de dar placer a mi macho y darme placer a mí mismo. Cachorrito no te detengas – dijo mi tío – Dale que te quiero destrozar el ano y tú me destrozas el pene – continuo. Mi tío me tomaba de la cintura mientras me movía, estaba como un poseído, sentía un placer enorme tener su pene enterrado lo más profundo de mi. Mi amor me encanta como te retuerces de placer, pero ahora me toca moverme a mí – dijo eso e hizo un movimiento brusco y sin sacarme su pene cambiamos de posición. Tenía mis piernas en sus hombros y mi tío me embestía fuertemente, su sudor caía sobre mi abdomen y sus bolas golpeaban mi trasero, no sé qué cosa se escuchaba más si el sonido de la cama moviéndose o el de ...
    ... sus bolas chocando con mi piel. Nos besábamos y al mismo tiempo me embestía, nuestro gemidos eran audibles, había perdido el control de mi boca y solo gritaba de placer, me penetraba fuertemente, y sentía mi pene que cada vez más hinchado. Me había entregado al placer y dejaba que mi tío haga lo que quisiera, Albert como buen macho cumplía y muy bien, no descansaba, el exhalaba y suspiraba, el sudor con el que estábamos bañados hacia más excitante la experiencia, estábamos muy calientes y solo la eyaculación podía bajar la temperatura, pero faltaba mucho para ello. Pasaron los minutos y las piernas casi se me adormecían por tenerlas arriba todo el tiempo, mi cintura me empezaba a doler porque todo el peso de la mitad de su cuerpo descansaba ahí y eso sumado a las envestidas que me estaba dando. Llego el momento y el semen estaba en la puerta, explote y eyacule sobre mi abdomen, mi macho al sentir mi ano apretar su pene eyaculo inmediatamente después de mí, inyectándome toda su leche, tras sus últimos espasmos, descansó un rato sobre mí y juntamos nuestras bocas nuevamente, mientras su sudor caía en mi rostro, verdaderamente la habitación olía a sexo, olía a dos machos que acababan de fornicar. Pasada la arrechura por fin hable Yo: Tío tenemos que separarnos ya, tía Patricia puede venir en cualquier momento. Albert: No te preocupes sobrino, tu tía se fue a la granja vecina que esta como a 45 minutos de aquí, fue a ayudar a parir a la hija de los vecinos – dijo eso separándose y ...
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