Desafío de galaxias (capitulo 33)
Fecha: 30/07/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... Habían pedido al servicio de habitaciones una botella de vino y algunas cosillas para picar. —Mi amor, mañana vamos a ir a misa, —respondió Marisol saboreando su copa de vino—. ¡Joder! Que bueno está esto. —¿A misa? Eso es un rito religioso ¿tú vas a ir a un rito religioso? —Si, y lo hago por ti, quiero que veas el botafumeiro. —¿El botafuqué? —El botafumeiro. —¿Botafumerrio? —No, el… bueno déjalo, da igual. Te va a gustar. Visitaremos la catedral y la ciudad, y pasado mañana seguimos dando pedales. —¿Más pedales? Me duele en culo, que lo sepas, —protestó Anahis—. Además, no me gusta llevar la cola atada. —Solo nos quedan un par de días más, unos noventa kilómetros a Fisterra, donde pasaremos la noche y otros sesenta a Muxía. Dicen que hay cosas esotéricas y misteriosas, —dijo Marisol haciendo un gesto con las manos. —¿Esotéricas y misteriosas? —preguntó Anahis visiblemente interesada. —Si, eso dicen. —A ver si me va a dar miedo, —dijo Anahis con tono guasón. —¿Cómo te va a dar miedo? Vas por ahí cortando cabezas de tíos chungos, ¿y te van a dar miedo unas habladurías? —No tiene nada que ver. —Vale, no te preocupes, yo te defiendo de los espíritus malos. Allí en Muxía nos recogerá una lanzadera que nos llevara a Almagro con mis padres… —¡Ah genial! Me gustan tus padres. —Y luego, dos días después, a Mandoria, que Marión debe de estar de los nervios. —No, no está de los nervios, hablé con ella ayer. —Bueno, pero está convaleciente todavía. —Está perfectamente bien. —¡Bueno ...
... vale! Para ti la china… —exclamó Marisol frunciendo el ceño. —Reconoce que la que está de los nervios eres tú, —la interrumpió Anahis sonriendo y poniéndose sobre ella. —Es que no entiendo porque no puedo llamar a Marión y tú sí. —Porque es una orden del presidente, y la condición que puso Marión para aceptar sustituirte durante las vacaciones. Te tenemos muy controlada… chata. —¿Chata? ¿quién te ha enseñado esa palabra? —El otro día, cuando fui a comprar unas botellas de agua y unos bocadillos, me dijeron un piropo. —¡Qué un cabrón te dijo un piropo! —exclamó Marisol incorporándose mosca—. ¿Qué te dijo? —Me dijo: “chata, vente conmigo que te voy a cambiar de color a polvos” —¡Eso no es un piropo, es una grosería! —saltó Marisol escandalizada— ¡y muy fea! —¿A sí? —¡Sí! —¡Ah! —¡Joder tia! Marisol y Anahis entraron en el despacho de Marión y se abrazaron a ella. —¿Qué tal estás? —preguntó Marisol después de besuquearla. —Bien, bien, ¿y vosotras? —¡Ah genial! —intervino Anahis besándola también— aquí, la general, ha estado desconectada todos estos días. Solo sabe lo que ha leído en la prensa, que no es mucho. —De eso se trataba. —Vamos a cambiar de tema, que no quiero cabrearme y entrar en polémica el primer día, —dijo Marisol con el entrecejo disparado. —¡A la orden! —dijeron las dos al unísono, cuadrándose y saludando militarmente. —¡Cuidado que sois… payasas! —exclamó Marisol meneando la cabeza— no os soporto. —Eso no es cierto, —dijo Anahis. —Nos adoras, a las dos, y un huevo, ...