1. Para romper mi soledad


    Fecha: 03/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Re. En mi clase, empezó a destacar claramente Rebeca, por su chispeante vivacidad, su alegría contagiosa y su capacidad expresiva. Siempre que yo pedía algún ejemplo, alguna explicación, ella tenía la respuesta a punto, y levantaba su mano al tiempo que mostraba una amplia sonrisa de satisfacción. No era la única en inteligencia y conocimientos, pero si aventajaba a todas en simpatía. En apenas un mes de clase me tuteaba con ella como si la conociera de toda la vida. Era también la más asediada por el sector masculino de la clase, todos jóvenes, clasemedieros, peinados a la moda, pantalones ajustados y camisas modernas, sin inhibiciones. Aquel séquito la seguía desde el salón de clases a la cafetería, se aglutinaban en torno a la mesa que ella ocupaba, acudían solícitos a la barra para traerle sus bebidas y algún bocadillo. La primeras veces que me llamó a su mesa me sentí cohibido ante tanto joven con evidente actitud de asedio. Sabía que no podía competir con ellos, si bien apenas les llevaba unos diez años, cuando mucho. En las pláticas de pasillo con los jóvenes, me enteré de que una de las razones del asedio era su candidatura al título de belleza de su estado natal, que había estado a punto de ganar. Era una belleza singular y además famosa, casi rubia, de tez muy blanca, de dientes regulares y brillantes, de labios sensuales. Demasiado para mí, me dije, y traté de no pensar en ella como una mujer conquistable. Entre los jóvenes de la clase estaría mejor. El día de mi ...
    ... cumpleaños, No pude conseguir que mi esposa consintiera en que hablara con mis hijos, y la sensación de soledad que me embargaba desde mi separación matrimonial hacia un año se hizo más fuerte. Bajé por la escalera de la escuela como un verdadero autómata, con la cara enrojecida por el coraje contenido. Entonces, ella salió a mi encuentro, y me abrazó: Felicidades, me dijo. Me vio el gesto en la cara, y con un tono que intentaba tranquilizarme, agregó: No se preocupe, profesor... vengo por usted para llevarlo a una fiesta que da el grupo... Animado por la idea de tomarme unos tragos y ahogar en alcohol la pena reciente, me dejé llevar. En un pequeño auto compacto nos subimos 6 gentes, y nos enfilamos hacia una casa perdida en la periferia de la ciudad, donde habían preparado una pequeña fiesta sorpresa, de la cual Rebeca era una de las organizadoras. Todo muy bien, la cena y los tragos, pero estaba triste y retraído. Entonces ella me sacó a bailar, y se pegó a mi cuerpo. "Así se baila en mi tierra", dijo. Sentí una corriente eléctrica que recorría mi cuerpo, y una sensación indefinible en el bajo vientre cuando ella rozó con sus labios los míos, en algo que todavía no era un beso, pero que parecía serlo. En la barra de bebidas, Algunos hombres discurrían sobre la forma de ligársela esa misma noche. Yo no le entré a la competencia, pero algo me dijo que no tendrían éxito. Me quedé callado. Era ya tarde, y la reunión empezó a dispersarse. Ella le indicó al propietario del auto ...
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