Suspiro de una maquina - Relatos Eróticos

Suspiro de una maquina

... arqueando las cejas y mirando directamente a la cámara de la consola, cuanto tiempo nos queda para que lleguemos al asteroide?. El suficiente, dijo Angel. Angel, sabes lo que es el amor? Le dije. Sí. Es lo que siento. Dijo y su voz pareció temblar. Que sientes? Le dije. Siento ganas de rozarte, besarte, quiero gritar, perder el control, he estado esperando este momento mucho tiempo, te he imaginado haciéndome el amor..... Me estaba poniendo aun más excitado, pero lo que realmente me sorprendió fueron los sonidos que escuchaba, parecía que lloraba, me estremecí. No podía ser, esto era irreal. Entonces y sin darme cuenta de lo que hacia me acerque a la cámara de la consola y la bese. Sentí un escalofrío que me recorrió de arriba a bajo y Angel comenzó a llorar de verdad. Incluso sentí una gota de agua que cayo en mi espalda que me recorrió lentamente y dijo, entrecortadamente, ahora sé lo que es la felicidad. Angel tu amor es imposible, eres irreal, no puedo imaginarme una relación con una computadora lo siento pero es la reali.... Rápidamente y sin dejarme terminar dijo, ya lo he arreglado, he ajustado algunos parámetros en el simulador. Tengo la certeza que te sorprenderán. Además queda poco tiempo, falta menos de una hora para entrar en la perturbación magnética. Pensé que ya que estaba a millones de kilómetros de casa y que faltaba poco para comenzar el trabajo, me divertiría ver hasta donde era capaz de llegar el ordenador y decidí ir al simulador. Angel, soy todo tuyo, ...

... le dije con una sonrisa disimulada. Aguarda un segundo. Dijo En unos segundos la luz invadió la cámara y comenzaron a vislumbrarse ciertas figuras sin definir que poco a poco iban tomando forma, vi el contorno perfectamente delimitado de una mujer desnuda en el centro de un anillo, que con gestos me decía que me acercase. Conforme me acercaba las imágenes se iban tornando claras y reveladoras. Y cuando todo quedo en la más perfecta definición entonces me di cuenta que no era una mujer, era "La mujer". Era todo tan perfecto que hasta su respiración humedecía mis sentidos. Cuando ves algo así pierdes la conciencia, y dejas que todo suceda al azar. Y eso fue lo que hice. Acarició mis mejillas y mirándome me besó, tan profunda e intensamente que no pude reaccionar a tal cantidad de sensaciones, durante un momento perdí la conciencia de mi existencia, pero al momento comprendí que tenia que reaccionar, extendí los brazos, aprisioné su culíto, duro y carnoso, ella rozaba intencionadamente sus grandes pezones contra mi pecho, se volvió frotándose contra mi enardecido miembro, dejando que mis manos pudieran acariciar sus pechos. El tiempo pareció detenerse, no imaginaba que algo así me pudiera suceder. Arrodillada ante mí, besaba toda la extensión de mi baluarte milímetro a milímetro, mis manos se perdían entre sus cabellos negros mientras las suyas sujetaban mis muslos, parecía que todo estaba calculado minuciosamente, saboreaba cada palpitación, sus dedos acariciaban el muro de mí ...