Vacaciones fogosas
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Lorena, tengo 23 años, aún estoy solterita pero no me regalo tan fácil, estudio agronomía y soy de acuario. Lo que en breve narraré nos sucedió a mis hermanas y a mí el último verano en la casa de mis tíos, Pedro y Norma. Unos días después de reyes magos el tío nos insistió tanto con ir que hasta nuestros padres nos dieron plata para costear cualquier necesidad y colaborar con ellos. Estuvimos desde el 8 de enero hasta el 23 de febrero, y jamás pensamos en divertirnos tanto. A los dos días yo y mi curiosidad se toparon con los tíos teniendo sexo en el patio del tremendo caserón en el que vivían desde siempre bajo la noche cerrada. Descubrí que les gusta desafiar riesgos, ya que sabían de nuestra presencia y, aún así buscaban hacerse el amor en cualquier parte de la casa. Yo siempre dormí muy poco, y como soy inquieta los vi en la cocina, en el lavadero arriba del lavarropas, en la sala sobre la alfombra, en el baño adentro de la ducha pero con la puerta como una invitación al público insomne, en el jardín y hasta contra la puerta del cuarto donde dormían mis hermanas, Paula de 20 y Diana de 18 años. Ellas nunca podían imaginarse nada de eso porque una vez que apoyaban la cabeza en la almohada no las despertaba ni un terremoto. Salvo las pesadillas a Paula, con quien había que tener recaudos, ya que si eran muy intensas era posible que mojara la cama. Nunca hablé con ellas de las cosas que veía de los tíos ni de lo grandioso que era el pene de Pedrito. Un par de ...
... veces me colé algunos deditos mirando cómo su trozo de carne entraba o salía de la boca o de la almejita de la tía, y jamás me vieron. Ni siquiera la noche que casi me caigo mientras acababa de tanta calentura refregándome un repasador en la entrepierna, y el tío le volcaba su semen en las tetas a la tía. También tuve algunos sueños eróticos con Norma, que es una mujer de cabello corto enrulado, siempre muy coqueta con camisas de raso, pantalones ajustados y tacos altos. El tío no cumplía ninguno de los requisitos de un galán. De hecho es medio panzonsito, retacón, pelado con algunos mechones entrecanos y casi no ve de su ojo derecho. Pero cuando percibí que me comía los senos con la mirada cuando servía el almuerzo, regaba las plantas o barría los pisos me ratoneaba mucho más. Yo soy la más voluptuosa de las mujeres que habitaban la casa, con 115 de tetas, una cola normal, bajita y caderona, medio rellenita pero teñida de rubia y con un papo prominente cuando suelo usar calzas ajustadas. ¡me fascina el roce de mi vulva contra la ropa o las cosas! También advertí que Pedro veía porno a escondidas. Incluso una madrugada lo vi pajeándose con los ojos en la tele, y esa cara de perverso terminó por convencerme. Una noche lo encontré parado al lado de la cama de Paula, con su pene creciendo en el hueco de su mano mientras que con la otra le acariciaba las nalgas, ya que se le ofrecía dormida boca abajo. Paula le pedía a veces que se quede un ratito con ella antes que llegue el sueño ...