1. Helena y su entrenadora personall


    Fecha: 06/08/2018, Categorías: Sexo con Maduras Lesbianas Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Helena y su entrenadora personalHelena me insistía en que debía acompañarla al gimnasio, diciendo que sería bueno para la mente y el espíritu: “además mi entrenadora personal es una negrita muy caliente”.Un sábado por la mañana finamente me decidí a ir, un poco de movimiento no me haría nada mal. Me enfundé unas ajustadas calzas de lycra que resaltaban muy bien mi cola y me encontré con Helena puntualmente a la entrada del gimnasio.Mi amiga tenía razón, la entrenadora personal era una nena bastante interesante. Había venido desde República Dominicana, era de raza negra, con perfectas curvas por donde se la mirara, una sensualidad increíble a flor de piel, un cuerpo escultural naturalmente torneado, una mirada profunda, hermosa y… a todas luces, ultra lesbiana.Nos saludamos con sendos besos en las mejillas y comenzamos la clase. Por supuesto la falta de entrenamiento me jugó en contra, en apenas quince minutos ya no podía más. Inventé como excusa que ya estaba agotada y me senté en un costado. No podía dejar de mirar los movimientos de la negrita, demasiada sensualidad en una sola mujer. Tatiana era su nombre, que coincidía con toda esa sensualidad.Ella por supuesto también notó que yo no le sacaba la mirada de encima, así que comenzó a sonreírme con cierto disimulo. Helena mientras seguía la clase sin cansarse, guiñándome un ojo como diciendo “te gusta, no me equivoqué”.Cuando por fin terminó la clase fuimos al bar con Helena para hidratarnos con algo fresco. Enseguida ...
    ... llegó Tatiana y nos pusimos a conversar. Su dulce acento ya comenzaba a excitarme cada vez más. Mi amiga de repente se levantó de la mesa y anunció que iba a darse una ducha, así que decidí acompañarla para hacer lo mismo.Cuando estaba enjabonada bajo la lluvia sentí que unas suaves manos me acariciaban desde atrás, subiendo por mis caderas hasta aferrar mis tetas, comenzando a jugar con mis pezones ya bien erectos. Yo seguía con los ojos cerrados, disfrutando ese contacto de mi piel contra ese cuerpo desnudo, agradeciendo que Helena estuviera tan caliente y cariñosa.Pero entonces pude oír a mi amiga desde lejos, bajo otra regadera, preguntando algo. Abrí los ojos y encontré que esas manos que me estaban acariciando tan bien eran bastante más oscuras que las de Helenita, así que giré mi cuerpo y me encontré con Tatiana, que me comió la boca antes de que pudiera articular una palabra. Comencé a retribuirle sus caricias, disfrutando centímetro a centímetro esa sedosa piel negra, mientras nuestras bocas seguían fusionadas en un beso de lengua interminable.Nos interrumpió la suave voz de Helena, que entró a nuestra regadera pidiendo que no la olvidáramos afuera. Las tres nos acariciamos y besamos un largo rato, hasta que decidimos salir de allí. Tatiana cerró con llave la entrada al vestuario y dijo que podíamos dedicarnos a pasar un buen rato sin que nadie nos m*****ara.Helena trajo de su bolso su vibrador preferido y Tatiana se acostó sobre un largo banco, abriendo ampliamente sus ...
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