Viajando en el tiempo 1
Fecha: 06/08/2018,
Categorías:
Grandes Series,
No Consentido
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
Se despertó con la conocida sensación de todas las mañanas. Su amante de turno, la sexta en dos años, tenía su polla en la boca y la mano en los huevos, mientras le prodigaba suaves chupadas y lamidas, junto a pequeñas presiones en los huevos. Enseguida consiguió que alcanzase su máxima dureza. Entonces se movió para colocarla entre sus grandes tetas, acariciándola entre ellas y besando y lamiendo su glande de forma sutil y delicada, despacio, aumentando su deseo, pero sin darle directamente lo que sabía que más le gustaba. Por fin, volvió a dedicarle toda la atención con su lengua. La recorría entera a base de pasaditas con la punta de la lengua, de arriba abajo y alrededor, por toda su extensión. Luego sacaba toda la lengua, como si de una leona se tratase, y cambiaba las pequeñas por largas lamidas desde la base a la punta, jugando unos segundos con el glande antes de continuar. Por fin, se la metió en la boca y siguió jugando dentro de ella con su lengua alrededor de la punta hasta que notó los movimientos de él, levantando su pelvis para metérsela más adentro. Entonces la dejó resbalar hasta que llegó a su garganta. Continuó alternando los movimientos de entrada y salida con los de caricias en su glande, e intensificó las caricias sobre sus huevos. -MMMMMMMM Me voy a correr. Ella se dedicó a meter y sacar con mayor velocidad la polla de su boca, hasta que sintió la tensión previa a la corrida, que se la mentó hasta lo más profundo y la presionaba con su lengua, como ...
... a él le gustaba. Cuando se recuperó de su corrida, se levantó y dijo: -Tengo que ir a trabajar. Se fue a la ducha y cuando salió, se la encontró en la cama con una mano frotando sus tetas y acariciando los pezones, mientras, con la otra mano, frotaba vigorosamente su clítoris. Se vistió con calma, mirándola, mientras ella repetía: -Fóllame -Ya sabes que no puedo. Tengo que ir a trabajar. Cuando terminó de vestirse, metió dos dedos en su boca y, bien ensalivados, los introdujo en el coño de ella, follándola con ellos y moviéndolos con rapidez. A los pocos segundos, ella arqueaba su cuerpo y se corría con un gran orgasmo. Él, se chupó los dedos, los secó en la sábana y se fue. El Doctor en Físicas Miguel de San Andrés era el director de un proyecto militar que, en colaboración con la universidad, intentaba conseguir la tele portación. Es decir, la transportación de materiales y personas convirtiéndolos en energía, enviándolos a su destino y allí volverlos a convertir en el objeto o persona inicial. Llevaba dos años divorciado. Desde poco después de que se acentuase la tendencia sexual a desear solamente mamadas, sin interés por dar placer a su pareja. Eso, unido a que los pocos momentos de diversión eran las aburridas cenas y fiestas de la universidad, en las que su esposa se encontraba sola, al igual que las esposas de otros investigadores, mientras ellos intercambiaban experiencias y hacían chistes con su trabajo, que solamente ellos entendían. El abandono la hizo débil y ...