El despertar del mal.
Fecha: 03/09/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... parte inferior de su cuerpo, levantaba sus faldas y rasgaba lo que quedaba de su vestido; A pesar de su abominable naturaleza tenía un cuerpo hermoso y fuerte; complexión media y estrecha cintura, poderosos hombros y espalda, aunque un poco anchos, eso no afectaba las curvas que le proporcionaban su constitución femenina. Eran aquellas escamas, que se esparcían por sus brazos, sobre su firme pecho y parte de su abdomen, continuando hasta los lados de la pelvis, atrevidas se deslizaban por los muslos, cubiertas gradualmente por las plumas que empezaban a crecer desde bajo sus hombros aumentaba gradualmente, tenía más de estas en la espalda además de las de sus alas. ―Mucho mejor....- afirmó, reacomodando sus toscas facciones en una aterradora sonrisa, una mueca torcida que develaba el triunfo de su desprecio. y con detenimiento observó aquella serie de escamas blancas, similares a las perlas de mar ocultas en su cabeza por sus larga melena y cuero cabelludo, y que estaba seguro que continuarían por su espalda y bajando por el coxis. Se negaba a apartar la mirada de su víctima, Era aquella gruesa y estremecedora risa que era evocada desde su profunda voz, así como cierta irritación de su garganta; ―¡Os juro que desearéis estar muerta, y no os daré ese honor!. -decretó. Y Allí se hallaba el ahora, saboreando el dulce néctar de su venganza, se daba prisa por aflojarse la camisa y soltarse los nudos de aquél sucio y desgastado cuero de sus vestiduras, dejando expuesto su ...
... miembro que no tardó demasiado en conseguir una erección; ―Primero, vos y yo nos vamos a divertir - pronunció ante ella, muerto de la risa. Pues tenía una imaginación tan grande como retorcida para la crueldad, buscando siempre de la manera de hacer más humillante el suplicio. Y era la furia, así como la frustración expresada en aquella violenta lujuria que nuevamente se recargó sobre ella y quedando cara a cara, al mismo en que rápidamente había procedido a apuñalarla sobre su brazo, mejor dicho ala... Era aquél inmenso asco, como también la repulsión dibujada en las facciones de la criatura, quien a la vez se había quejado, pues por un momento el peso del cazador fue recargado sobre su hombro lastimado, entre mezclado con aquél leve y contenido gemido ante el estremecimiento de los roces que a causa de los bruscos movimientos su glande había hecho contra el clítoris y a pesar de su estado, elevó ligeramente su cadera, a su vez que había preferido morderse la lengua. ―¡¿Conque os place esta situación, verdad perra?! - inquirió. Se estaba burlando de ella, y para este punto él ya había separado su rostro del suyo, silenciando sus labios con un golpe a la cara y entonces la tomó; Asmos en ese instante daba contorsiones violentas, impetuosas, desesperadas cuando el miembro de su enemigo la penetró y sin piedad embistió sus entrañas, al sentir el desgarre de su carne y por el filo de la navaja perforando y rasgando una de sus glándulas mamarias, Y fueron sus lágrimas las que en ese ...