El despertar del mal.
Fecha: 03/09/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sois? - inquirió. A lo que el cazador simplemente rio, le había causado cierta gracia escuchar sus quejas que no pudo evitar soltar tremenda carcajada; ―¡Revelad vuestra verdadera forma, demonio! – ordenó la dama ―¡Decime quien realmente sois! ―Me dicen Dark - le respondió ―¿No os parece descortés preguntar por el nombre de alguien sin siquiera haber dicho el vuestro? -continuo. ―Asmos...- contestó sin mucho entusiasmo, de hecho estaba demasiado adolorida y hastiada de todo esto como para negarse a dar su nombre, le había estado persiguiendo por casi cinco malditas semanas, y ahora ese sujeto le faltaba poco para acabar dentro de ella, ¿qué más daba conocerse sus nombres? A pesar del dolor que le provocaba las laceraciones, incrustaciones de metales y otras heridas provocadas a su cuerpo, tenía que seguir resistiendo. Necesitaba la oportunidad para quitárselo de encima. Fue así como había estado aprovechando entre aquellos turbios momentos y no del todo disimulaba malestar y aquellas bruscas contracciones de tan carnales acto, el demonio se hizo ligeramente hacia atrás, y moviéndose hacia su derecha, con la finalidad de desequilibrarlo para poder sacárselo de encima de una vez por todas, alzando con ligereza la cadera para lanzarlo y con sus movimientos empujarlo a un lado de ella, valiéndose de que se encontraba casi por acabar y un tanto ...distraído. De esa manera fue en que ella ahora se tendía sobre su presa para asesinarle, consiguiendo entre aquella lucha ...
... inutilizar su diestra y obligarlo a soltar su arma, y sin embargo fue nuevamente neutralizada, por Dark, puesto que a causa de sus heridas y la pérdida previa de sangre la habían debilitado y le había sido un tanto más sencillo enfrentarla, dando girones por la nieve, entre agresivos golpes y rudos forcejeos, ella trataba de arrebatarle el emblema, medalla que él se había colgado al cuello, bajaron así por la pequeña cuesta y poco les faltó para que ambos se hubiesen ido por el barranco. Quedando el cazador otra vez sobre ella, y fue en ese instante en dónde ambas miradas se cruzaron y macabras sonrisas intercambiaron; En parte ambos enemigos tenían algo en común, ninguno se mostraba tan fácil de matar, y era la vesania y demencia resplandeciente en su mirar el que por un momento prevaleció, más fue el retumbar de tan fúrico bramido lo que por un instante irrumpió ante tan incómodo silencio, a causa de entre aquél silencio tan incómodo. A causa de tremendo zarpazo que Asmos le había dado, posicionando el dedo en la llaga con el rasgar por segunda vez sobre las heridas del rostro de su enemigo, y esta vez el filo de sus garras si le había dado al ojo, aumentando su dolor. Hastiados, fatigados y evidentemente molestos, pero con la ferviente necesidad de terminar con esto, ella arremetió contra él, con un rodillazo a su entrepierna un tanto para facilitarle la tarea de hacer a un lado y empujarlo al fin por el barranco, otro por cierto placer que le proporcionaba a ella ese pequeño ...