El reencuentro - 2ª parte
Fecha: 07/08/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... chicos, alborozados, se levantaron de la mesa y, tras dar un beso a papá y mamá, y un “hasta luego, tío Daniel” salieron de la estancia corriendo hacia la entrada a la casa. Entonces Mateo dijo, en aclaración Es que en la parte posterior del chalet tenemos la piscina, y solos no queremos que se acerquen por allí Los tres quedaron en silencio, con Sandra enteramente nerviosa y roja como la grana. Y es que su hermano la amedrantaba con su sola presencia… Al menos, desde que volvió a verle cuando el entierro de sus padres. Además, estaba totalmente descolocada; doblegada, sometida a él; a Daniel; a su hermano… Al amor de su vida… Al ser, al hombre, que más había querido desde siempre; al hombre que más querría hasta el fin de sus días… Su mente retrotraía al presente aquella tarde, con los dos juntos, dentro del coche de él. Entonces, cuando le sentía tan próximo que su cercanía la iba encendiendo poco a poco, a su mente vinieron las sensaciones de aquella primera y única vez que se amaron sin restricciones; cuando ella ofrendó a ese hombre que era su hermano, su amor, casi su razón de ser y existir, su propia doncellez, la máxima entrega que mujer enamorada puede hacer al hombre que la enamoró, que la enamora; al que ama con todas las fibras de su ser. Sí, aquella tarde rememoró, hasta lo más recóndito de su memoria, la dicha que esa noche disfrutó junto a él. El gozoso placer sexual que él le hizo vivir pero, máas aún, la tremenda dicha de amar y ser amada… Porque entonces no ...
... hubo sexo entre ellos, sino amor; un amor ferviente, inmenso, tan grande y vital, que a gritos demandaba su plenitud en la mutua unión sexual. Y eso, el amor tan excelsamente satisfecho en el más inusitado cénit del cariño hombre-mujer, fue lo que hizo inolvidable aquella noche… Ese inenarrable placer de amar y ser amada por el hombre adorado es lo que aquella tarde todo su ser de mujer, quería, necesitaba, volver a experimentar; a sentir; a disfrutar… Por fin, fue Daniel quien empezó a hablar, ante la indudable expectación de su hermana y su cuñado Llevo ya casi un mes en Madrid. Me despedí de la empresa donde trabajaba en Berna y me vine aquí, a Madrid, al día siguiente, contratado ya por otra empresa del sector con filial en Madrid. Tengo un piso, alquilado, en muy buena zona de Madrid; a un paso del Retiro y con mercado, consultorio médico, iglesia y colegios a tiro de piedra, más metro y autobús a pie de finca como quién dice. Hizo una pausa para observarles; ver las reacciones de sus revelaciones, pero no pudo ver nada en sus rostros. En el de su hermana, porque, sencillamente, no pudo verle, centrado en el suelo, y el de Mateo lo único que expresaba era frialdad… Como si todo aquello no fuera para nada con él El piso es pequeño, dos dormitorios nada más, pero suficientes para Sandra y yo; una habitación, para nosotros dos, en tanto la otra para los niños; al menos mientras todavía sean pequeños. ¡Dios y la que se lio al momento! Mientras Sandra levantaba la cabeza para ...