1. Ana Cecilia (5): De coqueta con los amigos de mi marido


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Transexuales Autor: jdvtv, Fuente: CuentoRelatos

    ... de ese calibre... Se me hacían agua las nalgas sólo de pensar en que Joel me pidiera el culo... Se lo negaría?... No, no creo me conozco perfectamente y reconozco que soy una auténtica puta Parecía increíble... Daniel me acababa de dar una de las mejores culeadas de mi vida y me había venido a chorros, sin embargo pensar en que el pinche Joel me destrozara el fundillo con semejante vergotota me estaba poniendo muy cachonda otra vez... Y Daniel ya estaba bien dormido y no se iba a despertar con lo borracho que estaba... para que se me bajara lo cachonda tuve que recurrir a un viejo amigo: mi consolador muy despacio y sin hacer ruido me levante de la cama y saqué el consolador del cajón del tocador sigilosamente me fui al baño... Afortunadamente una de las paredes del baño tenía instalado un espejo de cuerpo entero, saque la vaselina del botiquín y me unté la cola por dentro, aún tenía restos de la leche de Daniel, eso me puso aún más cachonda, puse el consolador en el piso frente al espejo y cuando estuvo bien fijo me puse en cuclillas sobre el dildo y abierta de patas me fui sentando lentamente hasta que mi ...
    ... culo rozo la punta del consolador... Sentí un delicioso escalofrío y poco a poco me fui empalando en la verga negra de látex. El consolador tenía como unos treinta centímetros de largo y yo los quería todos dentro de mi culo pero como estaba apoyado en el piso tuve que ponerme de rodillas para que mis nalgas llegaran hasta la base, mientras mi culo se tragaba cada uno de los treinta centímetros de látex fantaseaba con que la vergotota de Joel me estaba perforando el culo, mi imagen en el espejo era de lo más erótico, verme con mi lencería manchada con restos de la Leche de Daniel, abierta completamente de patas y dándome de sentones en un consolador negro hizo que mi verga se pusiera dura como piedra comencé a masturbarme al ritmo de mis sentones siempre imaginado que yo estaba sentada sobre Joel cabalgando su magnífica pinga hasta desfallecer de placer en sus brazos Cuando por fin me vine como loca, quedé un rato sentada sobre el consolador hasta que cesaron los espasmos de mi orgasmo y lentamente me puse de pie, lavé el consolador y con pasos vacilantes me fui a acostar... Está vez me dormí casi de inmediato. 
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