1. Mi primera mamada en un ascensor


    Fecha: 10/08/2018, Categorías: Sexo Oral Microrelatos, Autor: Raposa, Fuente: CuentoRelatos

    Ya os conté como fue mi primera vez y mi primera mamada con mi primer novio. Pues bien, con ese chico estuve en torno a un año aproximadamente. Después de perder la virginidad con él, y con el paso del tiempo, llegamos a tener mucha confianza y como es normal a esa edad, lo hacíamos siempre que podíamos y dónde podíamos. Con esa edad, es más una cuestión de cantidad que de calidad, sobre todo para los hombres!!! Jajaja Mi novio siempre me pedía cosas que le ponían y yo solía acceder. Me encantaba ponerle cachondo. A veces me pedía que fuese a la discoteca sin bragas, qué le metiese mano en el metro o qué sé la mamase en lugares en que podían pillarnos. Siempre me decía que le gustaría que se la chupase en un ascensor, pero yo le decía que no, ya que podían pillarnos con mucha facilidad. Él siempre me acompañaba a casa cuando salíamos los fines de semana y llegábamos de noche. Era todo un caballero, a pesar de no tener coche y tener que volver andando hasta su casa después. En una ocasión, volvimos en metro hasta mi casa y llovía a mares, ...
    ... por lo que llegamos empapados a mi portal, y cuando se fue a despedir con un beso, le agarré de la mano y le dije que me acompañase dentro. Él suponía lo que iba a pasar por mi cara, pero no lo sabía exactamente. Yo vivía en un 6° piso y en el edificio había 7 plantas. También sabía que en la última no vivía nadie, pues el piso se encontraba cerrado. Le besé, llamé al ascensor y nos montamos en él. Pulsé la tecla del 7° y comencé a desabrochar sus pantalones. Él estaba excitadísimo y yo comencé a pajearle suavemente con mi mano y a lamer su glande y el líquido preseminal que en él ya había. Cuando se paró el ascensor, engullí su polla hasta mi garganta y comencé un bombeo tal, que en menos de dos minutos, su semen resbalaba por mi garganta camino de mi estómago. El para compensármelo, me hizo un dedo y después se bajó en el ascensor de nuevo. Al día siguiente me dijo que le había encantado aquella mamada y que había que repetirla. Aunque jamás la repetimos, guardo con cariño el recuerdo de aquella experiencia que hoy comparto con vosotros. 
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