Mi tía la buenota
Fecha: 17/08/2018,
Categorías:
Incesto
Fantasías Eróticas
Autor: Cabrera1993, Fuente: CuentoRelatos
... pronto, hasta un momento en que ya no lograba aguantar más, cuando mi tía prolongaba sus movimientos para que entrara lo máximo que se podía, para luego permanecer quieta apretando con todas fuerzas mi miembro señal de que también se aproximaba su orgasmo. -Uuuuyyy como me encanta eso… rico rico… dale dale… hasta el fondo. Sus movimientos eran frenéticos, desesperados. -Que rico te mueves yia, me encanta tu culazo rebotando encima mío -la tenía bien agarrada de las nalgas, ya coordinándonos en una secuencia amatoria. -Siiii siii siiii -Que tetas -las chupaba, mordía y lamia a gusto. Ella cambió sus movimientos buscando penetraciones más profundas, que tanto le encantaban. Yo la tome de los hombros con mis manos, para atraerla con más fuerza cada vez que bajaba, en cada empalada la presionaba aún más abajo para sentir su tope, me encantaba la idea de llenarla, de abrirla completa. En eso, después de varias penetraciones, ella tensó su cuerpo, echando su cabeza hacia atrás y liberando un gemido de eso desgarradillos, supe que se vino. Relajo su cuerpo y nos besamos apasionadamente, yo aun con mis manos en su culo y sus tetas pegadas a mi pecho; seguía moviéndose en un ritmo continuo buscando ahora mi orgasmo. De la nada se paró, para agacharse entre mis piernas y comenzar con una de las mejores mamadas que me han hecho en la vida, yo solo me apoye en el respaldo de la silla del comedor, sala para dejarme querer. Mamaba como experta, me miraba a los ojos mientras chupaba mi ...
... verga como la mejor de las putas, su lengua recorría mi glande, el frenillo y toda la parte inferior de mi falo, como si fuera el mejor de los helados; con su mano izquierda tironeaba mi escroto, entre mis bolas, y mantenía mi forro atrás. No había sentido lo relajante que era que jugaran con mi escroto mientras te mamaban. Ella trataba a mi verga con cariño y deseo, adoraba mi barra de carne, como si fuera el mejor de los manjares, en eso centró sus movimientos en solo subir y bajar, llegaba a tenerlo casi todo adentro, en movimientos rápidos y continuos, sin descanso chupaba y chupaba. Con los ojos cerrados y sus manos en mis caderas a para hacer mayor fuerza para el movimiento, yo estaba pronto a acabar. Sentía muchas cosquillas, hormigueo en mis bolas, y ella seguía con su brutal mamada, sin dar tregua, movía mis piernas como actos reflejos antes tanta estimulación. En cualquier momento explotaría. La dije “voy a acabar” y no se inmuto. Solo siguió y siguió. Hasta que en un momento sin miramientos ni nada explote en su boca, la llene con mi leche. Borbotones de leche eran liberados en su interior sin parar. Dejó su cabeza quieta, con mi glande en sus labios, como chupando un sorbete, y con una de sus manos me pajeaba fuertemente, ordeñándome la corneta. Tironeaba mi forro hacia atrás de manera brusca, como exigiendo más corrida engullendo mi pene una vez más. Me chupo hasta sacarme hasta la última gota de semen. Saco mi pene aun brillante de su boca y lo guardo en mi pijama. ...