1. Mi Aventura (I)


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tenía 25 años y el mundo me parecía pequeño. A esa edad ya había probado casi todos los placeres del sexo, mi cuerpo era conocido por casi todos los "machos" de mi ciudad. Debido a mi juventud y a mi adicción al sexo - siempre supe que la padecía pero como me resultaba placentera nunca acudí a ningún lugar para superarla - me propuse recorrer mundo, experimentar nuevas emociones, nuevos placeres sexuales y convertirme en un gran experto en materia sexual. El caso es que el 21 de Noviembre de 1994 cogí mi maleta y me lancé a la aventura sin mas ropa y dinero del que llevaba en la maleta. Vivo solo desde que cumplí los 18 y no tengo que rendir cuentas a nadie, mis padres son empresarios y siempre han pensado que a un hijo se cría sólo con dinero. Pero no os aburriré mas con mis problemas familiares. El caso es que vivo en una bonita isla, Ibiza; así que me encaminé hacia el puerto en busca de un amigo de mis padres que tenía un yate y que quizás me podría llevar a la península. Al llegar al puerto lo vi, estaba sentado afuera contemplando la maravillosa vista que desde allí se divisa. " Hola Don Mario, ¿cómo estamos?, me preguntaba si podría acercarme a la península." D. Mario es un empresario hostelero que vive de las rentas que le deja su negocio y que gastaba en su vicio preferido, jóvenes muchachos que le ponían el culo al rojo vivo. A mi D. Mario me conocía, es decir, sabía de mis escarceos con algunos conocidos suyos. Me hizo subir al yate, me dijo que me llevaría a ...
    ... condición de que ... No lo dejé terminar, me dirigí hacia él y comencé a sobarle ese inmenso paquete que se le estaba formando. Me arrodillé ante él y le saqué su miembro, un gran trozo de carne erecto, grueso y chorreante con un agrio sabor y olor que vuelve loco a algunos maricas, entre los que me incluyo. D. Mario se corrió enseguida entre múltiples jadeos, me levanté con toda mi boquita rezumando jugos y nos fundimos en un mojado beso en el cual nuestras lenguas lucharon hasta la extenuación. Esa misma noche partimos, en la travesía volvió a disfrutar de mis "servicios". El muy cabrón se deleitaba con mis mamadas, babeaba como un chiquillo y cuando me la metía se movía violentamente oyéndose claramente ese divino "chasquido" de la polla entrando y saliendo del culo acompañado de los golpecillos de sus huevos contra los míos. Rompía con un gran grito que era la señal de que un nuevo torrente de leche iba a inundar mi ardiente culo. Al mediodía día siguiente atracamos en el puerto, me despidió con un fuerte abrazo y deseándome suerte en mi aventura. Bueno, pues ahí estaba yo con mi maleta, mis 2.500 ptas. en la cartera y en una encantadora ciudad de la costa española. Decidí quedarme allí así que tenía que ponerme manos a la obra y encontrar un sitio en donde alojarme. Pero claro; sin trabajo, sin dinero y joven en ningún sitio me aceptaron. No tuve mas remedio que pasar al plan B; es decir, ligarme a algún chico para pasar la noche en su casa. Y eso hice, al caer la noche me ...
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