Mi regalo de San Valentín
Fecha: 21/08/2018,
Categorías:
Infidelidad
Fantasías Eróticas
Autor: Soficas56, Fuente: CuentoRelatos
... decidí en disfrutar lo que fuera que viniese, sin importarme mi novio, ni nada más. Le pedí disculpas en mi mente; me estaba entregando a otro muchacho. Fuimos al segundo piso de la casa de Marco. En serio era grande. Había muchas habitaciones, solo las que estaban abiertas eran las disponibles. En las que estaban cerradas, había seguramente parejas pasándola bien. Nos metimos a la última disponible. Era una habitación amplia, con una cama de buen tamaño, muy elegante, donde las cortinas hacían juego con la cocha. Estaba todo alfombrado. La luz de la luna entraba por la ventana y caía justo sobre la cama, alumbrándola por completo. Me quité mis tacones, descansando al fin mis pies de ellos. Estaba a punto de quitarme el antifaz, pero Xavier me detuvo y me dijo que prefería que lo conservara y él también. Se me hizo de lo más excitante. Nos quedamos viéndonos a los ojos, de pie, por unos segundos. Hasta que otra vez nos fundimos en un rico beso. Sus manos acariciaban mi cintura mientras que con mis brazos me abrazaba de su cuello. Me estaba volviendo adicta a sus labios, tan suaves y húmedos. Nuestras lenguas jugaban en el interior de nuestras bocas. Comenzaba a sentir la humedad en mi entre pierna mientras que la erección de mi nuevo amante se hacía notar. El beso se detuvo, retomando nuestras miradas a los ojos del otro. Me hice unos pasos para atrás, hasta donde la luz de luna que entraba por la ventana cubría todo mi cuerpo. Lentamente empujé los tirantes de mi vestido ...
... hacía afuera, deslizándose por mis hombros. Ya quería liberar mi cuerpo, especialmente mis senos, de su encierro. La desnudez siempre es mi escape de la excitación; mi cuerpo pide quedar al desnudo y ser visto. Mi vestido negro fue bajando poco a poco hasta llegar al suelo. Mis senos quedaron a la vista de mi nuevo compañero, iluminados por la luna. Mis pezones estaban endurecidos. Solo me quedaba mi ropa interior. Mi collar daba destellos con el hecho de que me moviera tan solo un poco. -Estas preciosa -me dijo Javier. -Gracias -le dije sonriente.- ¿Te gustan? -le pregunté, viendo de reojo hacia mis pechos. -Me encantan-me dijo, sin dejar de verlos. -Entonces ven… -le dije colocando su mano sobre mi seno derecho. Me di cuenta de que mi piel estaba ya muy sensible. No pude evitar soltar un breve gemido ahogado. Entonces Javier se me acercó y con cada mano comenzó a acariciarlos muy suavemente, dándome mucho placer. -Aaah… -gemía yo con poca potencia. Nos fuimos a la cama, donde yo me senté a la orilla y él junto a mí. Aún estaba perdido acariciando mis pechos. Los repasaba con la palma de su mano, suavemente. Los sujetaba sin fuerza cerrando su mano, tomándolos como pequeñas pelotas. Con sus dedos daba tiernas caricias a mis pezones… era un experto. Pocos chicos dedicaban tanto tiempo a esta parte de mi cuerpo, irónicamente, que sea de las más deseadas. Mientras tanto, yo posaba mi mano sobre su pantalón, acariciando suavemente sobre su erecto pene. Era verdad, nunca había ...