Qué morbo!
Fecha: 24/08/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Rozaba el verano del 97, yo de aquella contaba con 24 años. Ocurrió en el trabajo, Petra era una compañera con la cual me llevaba fenomenal, es extrovertida, risueña y muy, muy cachonda, tanto personal como sexualmente hablando. Ella no es una top model ni mucho menos: es gordita, estatura media, gran culo y unas increíbles tetas, pero posee una gordura graciosa y caliente. Además todo unido a su carácter calenturiento le da un morbo que tira de cabeza. Pues como iba diciendo, todo empezó en el verano del 97 en agosto, trabajamos los dos en la hostelería y ¡claro¡, esa es la época en la que más trabajamos. En medio de todo el batalleo del trabajo, siempre con muchos juegos de palabras picantes y picarones, a cada dos por tres nos poníamos a tono pero sin llegar a nada más. Pero este día, sábado por la noche, el ambiente estaba más caldeado que de costumbre. Petra no paraba de marearme con sus miradas, sus insinuaciones y dobles sentidos. En una de esas que yo me despisto, con su enorme trasero roza mi ya embriagada verga. Me quedé anonadado, esto era la releche, de las palabras estábamos pasando a la acción. Así que pensé "quieres guerra, la vas a tener", así que empecé una política totalmente agresiva, aprovechaba cualquier movimiento de ella por el salón del restaurante para que coincidiera mi enhiesta verga con su voluminoso culo. Mi rabo estaba a punto de reventar. Ella, como es natural, se hacía la "ofendida" y la estrecha. Al rato ella decide ir al aseo de señoras, a ...
... lo que yo opto por seguirla. Se mete en el aseo (lleno de mujeres), aprovecho que todas están en los lavabos y me introduzco sigilosamente en él. Llamo a la puerta donde sabía que ella se hallaba. Me abre la puerta y apresuradamente como astuta anguila me cuelo por el pequeño hueco que dejó. Ella asustada y ruborizada: "¿qué haces? Que estamos en el trabajo y nos van a pillar", yo al unísono que le metía la mano en su chocho le espeté "¿Qué?, ¿Ahora qué?, ¿Ya no eres tan valiente?, si jugamos, jugamos en primera división verdad?", terminando en un largo morreo y magreándole sus tremendos senos y su mojada pepitilla. "Por favor, que nos pillan, que tengo novio, por favor, déjame salir". Opté por liberarla de ese tan estrepitoso calentamiento que le había provocado, al no esperar ella mi reacción. Pasaron los días y la cosa seguía como siempre, cada uno en su puesto de trabajo y como si nada hubiera ocurrido. Un lunes por la tarde coincidimos los dos que salíamos del trabajo a la misma hora. El novio de ella estaba en la puerta esperándola para acompañarla a casa. Llegó la hora de salir, me dirigí al vestuario del trabajo donde empecé a ducharme, al rato llegó ella y empezó a cambiarse al otro lado del biombo. "Quién está ahí?" preguntó "soy yo le dije", "qué haces" preguntó curiosa "me estoy duchando y estoy desnudo" "¿A que no sales?" me retó "Cómo, desnudo?" haciéndome el loco "Sí, no te atreverás a salir" "que no me atrevo?". "Como salga te vas a arrepentir de habérmelo ...