LA TRIBU SALVAJE - Primer parte
Fecha: 25/08/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... Seguro que me van a violar todos - Pensé - Como serán? - Me va a gustar? - Espero que después no me coman! De repente quisieron separarnos. Cinco tiraron de mí y otros de él. Me lo arrancaron, arrancando también mis carnes, dejando mis entrañas inflamadas y rojas, colgando afuera de mí. No se que hicieron con el, pero a mi me cogieron todos y varias veces cada uno. Eran treinta nativos sumando al jefe y todos me regalaron entre dos y tres copiosas acabadas muy adentro porque también eran superdotados, como se supone que deben ser los Africanos. Fue exquisito sentir los estertores, temblores y vibraciones de todos y de cada uno al vaciarse dentro de mí y sentir esa copiosa y espesa crema que me inyectaban de prepo y que se me desparramaba en todo el cuerpo impregnando hasta el último rincón de mis entrañas, haciendo surgir ese pegote regusto de semen en mi boca. Cada acabada que recibía, más fuerte era su sabor, pero llegó un momento que me gustó saborearlo. Había sido lindo ser violado y más todavía, por muchos superdotados! Después de cogerme hasta que se hartaron y dejarme rebosante de leche, me llevaron con ellos Quedé prisionero de esa tribu de salvajes. Parece que habían decidido guardarme para que todos me usaran como objeto sexual descargando dentro de mi cuerpo todo su esperma, ya que en muchas millas a la redonda había muy pocas mujeres. Su plan era pervertirme al extremo, para tenerme siempre. En menos de una semana ya me habían violado más de 350 nativos, muy ...
... dotados y llenos de semen, al que, cada uno, me lo inyectó en dos y tres veces y muy adentro de mi cola. Dentro de mi tenia tanto semen que constantemente sentía ese regusto y ese aroma pegajoso del esperma y sus jugos y cuando me sacudía sentía como se batía dentro de mí. Antes quizás me hubiera repugnado, pero ahora ya me gustaba y lo deseaba... Comenzaban a cogerme no bien salia el sol y lo hacían hasta muy entrada la madrugada y a veces hasta la otra mañana y con cada eyaculación que me inyectaban crecía en intensidad ese fantasmal gusto en mi boca y me duraba todo el tiempo. Esos segundos que pasaban entre que salia uno de mi y entraba otro, me ponían muy ansioso. Una mujer me cuidaba, me masajeaba con aceites, me depilaba. Con una cánula me sacaba el exceso de semen que me dejaban, sobre lo que un día le dije no haga más porque me encantaba estar repleto de leche. Me alimentaba y me preparaba para ser violado por todos, sobre todo me daba masajes en la colita y más exactamente en mi raja. La orden era que yo tuviera algo enterrado en la cola todo el tiempo y solo me daban tres horas para descansar y me hacían dormir boca abajo por si alguien quería cogerme dormido. Me cogía uno tras otro, sin parar y si eran pocos traían a los de otras tribus. Llegaban en bandadas y me impregnaban varias veces cada uno. Todos los días y ya casi de mañana o ya de mañana, cuando se les ocurría dar por terminada la sesión de “visitas”, para rematar traían a uno que tenía un pene descomunalmente ...