1. h) En la familia


    Fecha: 25/08/2018, Categorías: Gays Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... Eres tan varonil y masculino que…, -¿Qué? -Que me encantas, que me vuelves loco y te deseo. -dejé salir una risa nerviosa y pegué la cara a su pecho, me sentía pequeño y frágil a su lado, en realidad, físicamente así era, pero era distinto, o añadido, a la pequeñez o tamaño físico. Fui bajando lentamente la mano siguiendo el contorno de la espalda, la cintura, y subí la suave curvatura de la cadera, Óliver me acariciaba la cabeza y la espalda cuando mi mano cayó resbalando en su entrepierna, notaba la dureza de su pene en el dorso de la mano y le sujeté la bolsa de los testículos. Estaban calientes y suaves, los apreté un poco y él gimió. -¡Lo siento! -¡Oh! Sigue mi amor, no me has hecho daño, al contrario. -mi risa se volvió más nerviosa, me volvía torpe, tímido y temeroso. Se bajó un poco para que nuestros rostros quedaran a la misma altura. -Enséñame a besar Alonso, deseo ser el mejor para ti y que no quieras a otro. -pues era cierto que sabía besar mal y yo le iba a enseñar lo que podría hacer con la lengua. Enseguida me imitaba haciendo lo mismo que la mía y aprendía a chupármela cuando se la entregaba, y a frotarla con la mía, y a meterla muy profundo hasta que las bocas se rompían. Ya estaba excitado y con el juego se excitaba más aún y sentía la humedad de la verga cuando la frotaba con mi pierna, jugábamos a querernos y a ver quien tocaba más. En un momento que estaba de espaldas me situé a horcajadas sobre sus piernas y me agaché para lamerle el pene, las abría como ...
    ... hacía yo cuando me follaba, y le liberé para que tuviera movilidad plena, estaba arrodillado, lamí mis dedos y busqué la entrada de su ano. Observé un tenue rechazo de su parte y como contraía el culo. Elevé la cabeza para ver su reacción y no lograba verle bien la cara. -¿Puedo? -Alonso, nunca he estado con un chico, no se si me gustará. -De eso se trata de que sepas lo que te gusta, ahora relájate no voy a follarte con mi pene, si acaso a meterte la puntita del dedo y no te dolerá. Primero lo sentía temblar al rozarle el ano, no podía verlo y lo imagina rosado y prieto, con las piernas tensadas sufriendo y experimentando la primera mano que se atrevía a profanar tan lujurioso y sagrado lugar. Ensalivé bien los dedos y proseguí la tarea de despertarle el gusto y placer en tan sensible lugar, hasta que se aflojó y comenzó a gozar. -¿Te gusta? -Sí, sí, es delicioso pero ten cuidado, así suave como me haces está bien. -intentaba sujetarme la mano temiendo que le hiciera daño y no me dejaba trabajarle bien, para que se relajara más empecé a lamerle la polla, se le había encogido pendiente como estaba de su ano. Me la metí totalmente en la boca y con la mano libre acariciaba sus huevos apretándolos contra la base del pene, se comenzó a inflar poco a poco hasta tener que sacarla y jugar con la lengua en su glande. Estaba totalmente relajado y su ano queriendo abrirse, empujé y metí la puta del índice. Gritó de la impresión, estaba seguro de que no había sido de dolor, mordiéndose ...
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