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CARLOS-KARLA II (LA CONQUISTA)
Fecha: 26/08/2018, Categorías: Dominación Autor: mogwligdl, Fuente: SexoSinTabues
... Dios? Haciéndole caso y con muchos trabajos por lo atado de mis manos y el dolor combinado con el cansancio apenas si pude alcanzar mis grandes cachetes del culo los cuales se abrieron al echar mis piernas con grandes trabajos hacia atrás tal y como el me las había puesto hace momentos. De esta manera deje ante sus ojos la visión de mi casto agujerito. La polla de Daniel dio un respingo rebotando contra su abdomen ante tal ofrecimiento lo cual lo movió a la tentación de poner su dedo medio en aquel punto oscuro y rugoso y sin mas enterrarlo en un solo movimiento sin demasiado cuidado y sin perder de vista la cara llena de retortijones que YO, el lelo gordo, hacia al revolverme ante la acometida mientras gemía y me estremecía con un enésimo sollozo. Se entretuvo ahí adentro hurgándome como queriéndose apoderar de mi. El palpaba la estrechez y la textura suave de mi interior que nadie mas había auscultado nunca. ¿Yo? Yo solo sentía aquel dedo dentro de mí. ¡Pulsante! Era extraño pero con el dedo ahí atarragado sentía los latidos de la circulación de Daniel y como su dedo sin moverse golpeaba mis intestinos por dentro. Lo deposito ahí unos segundos para luego darse el lujo de “engrasarme” todo alrededor girándolo sin miramiento alguno provocándome una extraña sensación. Y sin más ni más me anuncio con absoluta resolución. -Ya es hora de que te meta la verga por tu apestoso fundillo y hacerte MI puta ¡gorda! ¿QUÉ? ¿Qué putas era lo que mis oídos escuchaban? ¡Noooo…no podía ser…! ...
... ¡Daniel iba a romperme el culo! ¡Esa era mi maldita realidad! ¡Noooo…por Dios…noooo! ¡Dios…por favor noooo! ¡Que no fuera así…noooo…! La angustia me invadió. Ahora si que me solté a llorar con desconsuelo. ¡Maldita suerte la mía! ¡Y sin tener opción! ¡Maldita suerte la mía que tenía que dejarme romper el culo sin ningún remedio! ¡O iba a terminar de nuevo en las garras de Daniel! ¿Esa era la opción? ¡¿Pero porqué Dios me castigaba así?! El miedo, la angustia…el pánico…me obligaron a cerrar las piernas ante lo inminente. Daniel me volvió a echar una mirada de furia advirtiéndome: -Mas vale que obedezcas ¡pinche gorda fondera! ¡O te va a ir peor!-remato. Abrí mis rollizas piernas. Lentamente las fui alzando. Mi cuerpo temblaba ante lo inevitable. Las lágrimas brotaban incesantes de mis ojos como nunca en mi corta vida. Empecé a sentir un calor intenso en mi raja. Era el calor de la potente estaca de mi enemigo que buscaba camino hacia mi ano para reventarlo inexorablemente. Juro que intenté estarme muy quieto. Juro que planeaba consentir aquella ultima vejación con tal de no volver a sentir aquel ardor propinado por el cinto en mis nalgas pero el terror que me atenazaba los músculos me obligó de nuevo a cerrar las piernas y a debatirme un poco sobre la mesa. En ese instante oí a Daniel ordenar sin contemplación: — ¡MADREALO!- - ¡Y tú, pinche gusano hijo de puta…abre las piernas y quédate quieto o hago que Martin te machaque como te mereces! En ese momento, casi al terminar de ...