-
Mi hermana y mi sobrina (2)
Fecha: 28/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... “¿Cuantos años tienes?” “13. ¿Y vosotras?” “29 y 30” (mentimos) “¿Y que hacéis en Teens?” “Nos gustan jovencitas ¿Cómo te llamas?” “Rocio. ¿Y vosotras?” “Carmen y María” (mentimos otra vez) “¿Os conozco?” “No, ¿Por qué?” (¿Sospechaba algo? ¿Nos habría reconocido? No era probable. Nos entró miedo). “No se. Me resultáis conocidas” “Es la primera vez que nos conectamos” (era verdad) Pasó un buen rato y por un momento creímos que nos había conocido. No hacía nada ni nos hablaba. Estábamos considerando abandonar aquello cuando nos llegó nuevo mensaje. “¿Sois lesbianas?” “Somos bi, aunque nos gustan más las chicas” “A mi igual” (nos dimos un apretón a la mano que nos teníamos cogida. Se confirmaba) “Eres preciosa” “Vosotras no se. ¿Podéis enseñarme la cara?” “No. No queremos enseñar la cara” “Ah” “¿Estás caliente?” (Fuimos al grano. Nosotras si.) “Yo siempre” (A las dos nos subieron las mariposas por el estómago) “¿Quieres jugar un rato?” “Claro” Nos quitamos las camisetas y nos quedamos con las tetas al aire. “Guau. Estáis muy buenas” “Enséñanos tu” (ella se quitó el camisón y nos enseñó unas tetitas preciosas que enseguida empezó a acariciase) “Así, bonita, así. Tienes unas tetas preciosas” “Son muy pequeñas” “Nos gustan así” “A mi las vuestras. Me estoy poniendo a cien” (“Y yo”, le dije a mi hermana y nos reimos) “Enséñanos el cochito. Vamos a pajearnos juntas” Ella no lo dudó y bajo la cámara hacia su precioso coñito. Allí estaba el objeto de todos nuestros deseos. Unos ...
... poquitos pelitos le crecían justo en el monte de Venus y se le veía muy rosadito. Tanto mi hermana como yo suspiramos al verlo y nos apresuramos a bajar la cámara y enseñarle los nuestros, ya que estábamos sin bragas. “Me encantan los vuestros” “Y a nosotras esa precioso chochito que tienes” “Pajearos una a otra” “Claro cariño” (Eso fue lo que hicimos. Nos empezamos a acariciar el clítoris una a la otra mientras ella hacía lo mismo sola) La situación era superexcitante y estábamos cachondísimas. No queríamos decirle quienes éramos aunque ganas no nos faltaban. Pero el momento clave era las preguntas que íbamos a hacerle a continuación. “Sigue así, preciosa, sigue que nos estás poniendo a cien” “Y vosotras a mi” “Nos gustaría chupártelo” “Y yo a vosotras. No os iba a dejar nada por chupar” (Que bien, que descarada era y que caliente). Llegó el momento. “Rocio, ¿no te importa que seamos tan mayores para ti?” “No, me gustais” “Pero podíamos ser tu madre por la edad” “Ojala” (las dos dímos un gritito. Ojala, decía.Había que preguntar más claramente) “¿Ojala? ¿Te gusta tu madre?” “Me encanta” (Dios mío. Era verdad. Se nos llenó el cuerpo de una extraña felicidad como si nos hubieran dado la mejor noticia de nuestra vida. Yo sentí un poco celosa, pero pensé que si veía a su madre con ojos sexuales, mucho más lo haría con su tía). “¿Follas con ella?” (Fuimos muy directas) “No…no me atrevo” “¿Por qué? No seas tonta. Díselo. Seguro que a ella le gustas también.” (Tratábamos de allanarle el ...