1. ALEJANDRA ( 4 )


    Fecha: 31/08/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... me acarician mis nalguitas, pero que apretadita, que rica nena me estoy cogiendo, no deja de balbucear el hombre, mi cliente del momento. Y empieza con los consabidos movimientos copulatorios, ricos, que me sacan gemidos y alguno que otro ay de dolor, pero me coge rico, mis rodillas se hunden en el colchón con cada embestida, llenando el cuarto con rechinido característico de una cama que alberga la cópula de una pareja, mi cabello brinca enloquecido amarrado en dos colas de caballo, ante la cabalgada que me están dando. Enloquecedor rechinido cada vez más violento y rápido se mezcla con mis gemidos de placer, hasta que el hombre me clava la polla hasta el fondo y tieso por el intenso orgasmo, comienza a escupirme su leche muy al fondo de mi recto. Como putita, recibo mi primera entrega de lechita. Rico palo, sin complicaciones, te vuelvo a buscar chiquilla y me planta un beso para largarse raudo, echada en la cama de lado y con un grueso envoltorio de papel higiénico contra mi ano para no mojarme la pantaleta, contengo su leche que escurre de mi hoyito y espero a que cierre la puerta. Sentada, ruidosamente expulso todo el semen que puedo. Medito sorprendida sobre mis habilidades para el vestido peinado y maquillaje, innatas y ahora descubro mi habilidad para no comprometer mi cuerpo más allá de la transacción comercial que hago de mi culito y boca, no más, no es cuestión de amor, es cuestión de negocios: me das dinero, te doy las nalgas por un rato. Pero me gusta, disfruto, ...
    ... perversa sonrío ante mis pensamientos. Lista de nuevo pero sin poder retocar mi maquillaje, solo difumino muy hábilmente por cierto, lo que está intacto después de copular con el primer hombre de la noche, bajo de nuevo a la calle, distingo la luz encendida de la sala del depa de Fernanda, señal inequívoca de que está ocupa con un cliente. Decidida a conocer más, recorro el lugar, la calle principal llena de gente, hombres y mujeres, cantinas, ruido, luz. A mi paso, algunos hombres voltean y con sonidos vulgares me insinúan su deseo, indiferente pienso en el dinero, no en halagos. Algunas chicas me ven con curiosidad, notan que soy nueva, otra callejera más. Un hombre me aborda, nos separamos después de algunos minutos, no hay trato, no regateo mi precio y está muy ebrio para mi gusto. Embobada por la calentura del lugar, el tiempo transcurre sin darme cuenta, cuando un auto se empareja y el hombre joven me pregunta ¿cuánto?, le doy mi precio, me mira las piernas y la cola para llevarme al mismo hotelito; paga la tarifa, tomados de la mano subimos las escaleras y me paga antes de entrar a mi ruego, me guardo el dinero de nuevo en el zapato que ya siento los envoltorios molestarme la planta de mi pie derecho. De la cintura me toma y nos besamos, froto el pantalón y siseo al sentir una verga erecta que pugna por reventar su prisión y alojarse en mi caliente nidito. Riendo con inocencia, atrapo por sobre el pantalón su endurecida verga y lo jalo conmigo hasta sentarme al borde ...