Castígame
Fecha: 01/09/2018,
Categorías:
Lesbianas
Fantasías Eróticas
Autor: NiñitaCaliente1, Fuente: CuentoRelatos
... acostarme con usted y que ambas gritemos el nombre de la otra mientras lo hacemos, directora. Silencio. La mayor miro perpleja a su estudiante antes de desviar la mirada a la ventana con una sonrisa. Se levantó y le dio la espalda mientras veía hacia la calle. —Ahora entiendo: eres ese tipo de chica, la que es adicta al sexo. Yo fui igual que tú a tu edad y un poco más adelante también. Deje de hacerlo cuando me convertí en docente hace unos 6 años— hizo una pausa y se recargó en el marco de la ventana —. Recuerdo como lo disfrutaba y lo divertido que era. Tal vez tu pedido puede cumplirse, siempre me atrajo el tema "alumno-maestro". Cerró la persiana y se volteó para verla con una sonrisa ladina, camino hasta su lugar y junto sus labios pidiendo un pronto acceso a su cavidad bucal. Cuando el beso termino, ambas empezaron a quitarse la parte superior de sus ropas quedando en brasier. Hana -la directora- se sentó en su sillón y llamó a la castaña para que se acostara sobre ella, una vez ahí empezó a besarle el cuello y a acariciar su vagina por debajo de la falda. Levantó su propio bra y obligó a Laura a que chupara sus pechos con fuerza, le retiró la braga completamente mojada y la tiro hacia su escritorio. —Mmm, sí que sabes hacerlo bien. ¿Has estado con otra mujer antes? —Sí, con la maestra Cindy. Su sonrisa se borró por unos ...
... instantes y acostó a la joven a lo largo del sofá y se posicionó sobre ella, lamió y chupo da pezones sacándole varios suspiros y gemidos; luego bajó hasta su vulva y metió la lengua provocando que Laura casi gritara. Así siguieron hasta acabar en el piso haciendo un 69 en donde ambas se vinieron en la cara de la otra. Se comenzaron a vestir aun estando en el piso y Hana gateo hasta abrazarla por la espalda y darle un beso en el cuello. —¿Y quién lo hace mejor? ¿Cindy o yo? —Creo que tendré que intentarlo unas veces más para estar segura. —Jaja, yo también lo creo. Se besaron nuevamente y siguieron tocándose hasta que alguien tocó la puerta, regresaron a sus lugares y permitió que aquella persona entrará: era Cindy. —¿Laura ya recibió su castigo? —pregunto fría. —Sí, y creo que será suficiente por ahora Cindy. Llévala a su salón y dile que hará para compensar lo que hizo. Dicho y hecho, ambas salieron de la oficina hacia los solitarios pasillos. Una vez ahí, la más alta tomo la mano de la joven y se acercó hasta que sus caderas casi chocaron. —¿Qué es lo que me harás hacerte? —Nada, solo que seas la niñera de mi vecinito. Tengo que cuidarlo pero tengo que organizar el parcial que viene. Pero si quieres, podemos entretenernos allí juntas —comentó de manera coqueta mientras depositaba un beso en sus labios— ¿Te gustaría, mi amor?