Me cogí a mi suegro y a mi cuñado en la noche de peticòn de mano. PARTE CUATRO: LA COLINA ROSA
Fecha: 03/09/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... haber iniciado mi camino, suena mi celular, y era un nùmero para mí desconocido, contesto y oh sorpresa!!!. - Hola, señor Riva, soy Mario, el dependiente de la sastrería, deseo que todo vaya bien con usted- Wow!! Mi corazòn latía a mil, detuve mi coche, y respondí: - Creí que no me llamarías!!- - La verdad no lo iba a hacer, pero no sabía como iba a justificar en mi casa llevar el traje, y mucho menos uno tan caro. -Si gustas, puedo llevarte a tu casa, y explicar que serás mi padrino- dije -No sería mala idea, jejejejej- dijo el dependiente. - Paso por tí en cinco minutos- alcancé a decirle Llegué a la sastrería, y esperaba encontrarme con Mario, el dependiente, vestido de traje formal, pero no lo reconocía, él lucía unos vaqueros azules, una camisa tipo polo color azul que contrastaban con lo verde de sus ojos. Alcancé a abrazarlo, y decirle que me disculpara por lo de los vestidores. Él amablemente, dijo que nada pasaba. Nos subimos al coche, y ya se hacía tarde, por lo que le pregunté donde vivía, para encaminarlo. -Vivo camino a la capital, pero puedo tomar bus, para no desviarlo- me dijo. -Perfecto!! yo vivo en la capital, y puedo encaminarte-le respondí. No podía creerlo, esa tarde había engañado a mi prometida, con el hombre que iba a mi lado, y ella me había besado, dejándome caliente y excitado, cuando de pronto siento la mano del dependiente sobre mi pierna, y así como yo iba manejando, me sentía nervioso, y su mano iba masajeándome y poniendo así, mas dura mi ...
... verga. Su mano alcanzò a abrir mi cierre del pantalòn, e inclinò su cabeza para colocar mi verga en su boca. Yo me sentía en la gloria. Estaba manejando descontroladamente, muy excitado, sus labios hacían que mi verga lanzara precum constantemente, y en un espacio en la carretera, me detuve, desabroché mi cinturòn, bajé mi pantalòn hasta mis rodillas, bajé mis boxer, y arranqué el coche, dejando que mi dependiente siguiera dándome la mamada más deliciosa que pudieran darme en mucho tiempo. Yo iba feliz, esa lengua hacía maravillas en mi lengua, en mis bolas, solo alcanzaba a escuchar sus gemidos cuando él mamaba mi verga. Era tal el placer que sentía, que mi verga empezò a inflamarse más, y más, y en un momento inesperado, sentí como mi leche se derramaba dentro de la boca de Mario. Ahhhhh, ahhhhh, sigue, sigue mamando- le decía Y él seguia tragando mi leche, limpiando mi verga. De un momento a otro se detuvo, y levantò su cabeza y sin decir nada, me fundiò un beso, pasando en mis labios la leche de mi verga. Tuve que detener el coche para corresponder a aquel beso, y era tal mi lujuria que el sabor a mi leche no se hacía desagradable, al contrario, me prendía más. Empecé a besarlo como un loco, quería comerlo a besos, y así con pasiòn, empecé a meter mis manos sobre su pecho, quité su camisa, y besaba sus tetillas peludas, recliné el sillòn, e hice que quedara recostado. Empecé a besar sus axilas, su cuello, sus orejas. Solo escuchaba sus jadeos, y su voz decirme: - Vamos a la ...