"Hermanas" con derechos
Fecha: 04/09/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... eso era bueno o malo. Sólo presentí lo que veía y quería que lo hiciera ya. -Eres una degenerada, y por estar mojada yo te voy a limpiar toda-me dijo apuntando la regadera en mi vagina. Volvió a agacharse y colocó la regadera frente a mis labios, abriéndolos. Yo estaba a la expectativa, pero comenzaba a impacientarme. ¡Sólo estaba jugando conmigo! ¡Hazlo ya! Y de repente sentí que abrió lentamente la llave y el agua a presión bañó por completo mi clítoris y mis labios. ¡Uff! ¡Qué sensación! De verdad, si pueden comprar una de esas háganlo, se siente increíble. Sentía cada una de las vibraciones en todos los nervios, incluso eché la cabeza hacia atrás y comencé a gemir desaforadamente. Ella comenzó a chupar mis tetas de nuevo y la sensación se elevó exageradamente. Movía la regadera con cuidado y sentía que vibraba dentro de mí, y aunque la sensación de calentura me bloqueaba, sabía que la quería dentro mía aún. De repente, Liliana apagó la regadera y la hizo a un lado. Me tomó de la cara y comenzó a besarme excitada. Yo le devolví el beso, esta vez con ganas de hacerle de todo, y tomó mi mano y la puso debajo de sus labios vaginales. -Mira hermanita, yo también estoy mojadita, ¡pero es por tu culpa! Vamos a tener que limpiarnos juntas como una familia feliz. Se apartó un poco y se abrió de piernas. Cruzó su pierna izquierda en mi vientre y quedamos en posición de tijera. Yo sabía qué era lo que quería pero no sabía cómo hacerlo, y me quedé paralizada de los nervios, no ...
... quería echarlo a perder. A estas alturas, Liliana ya estaba super excitada y se pegó junto a mí, haciendo que nuestros clítoris chocaran abruptamente. Al principio me espanté porque no esperaba que fuera tan rápido, pero ella comenzó a menear su cadera tan sensualmente contra mi pubis que empecé a sentir ese calor especial de nuevo. Como aún no sabía qué le gustaba a ella, dejé que ella me fuera guiando. Liliana se acercó más a mí y comenzó a mover su cadera más profundamente, rozando los labios en un baile sexy en el que las dos saldríamos ganando. Mientras se movía comencé a aprender el paso en el que lo hacía e intenté moverme, y cuando comencé a hacerlo ella paró y empezó a darle más lento. -Ah sí hermanita, tú también lo quieres, ¿verdad? No sabes cuántas veces me masturbé pensando en esto hermanita, ¡pero tú no querías! ¡Qué mala eres! Oh sí, dale más fuerte hermanita, más profundo, ¡no pares! Cada vez que volvía a hablar rugía desesperadamente y su voz se perdía entre los gemidos y la temperatura que iba subiendo. Conforme yo le daba más rápido, empecé a sentir la sensación maravillosa del calambre definitivo, del orgasmo clitorial. Fui más y más rápido y ella seguía el paso, y se pegó mucho más a mi pubis y abrazó una de mis piernas para que la sensación fuera más potente. Con el vaivén de nuestras caderas y el bamboleo de nuestros coños empezaron a brotar fluidos y la cosa fue más en serio. Finalmente, yo terminé antes que ella, supongo que por mi inexperiencia. Me ...