1. “Lo que pasó un fin de semana…”


    Fecha: 05/09/2018, Categorías: Gays Autor: HornyBoy95, Fuente: SexoSinTabues

    ... nuevamente, quería tener aquel pene en mi boca, lentamente y con mucho cuidado metí mi mano dentro su bóxer y acaricié su pene, era tibio y suave al tacto. No podía más, deseaba tenerlo, pero me contuve; me levanté, fui al baño y me masturbé como nunca antes, imaginaba a mí mismo recorriendo cada centímetro de su pene comenzando desde su glande hasta llegar a sus testículos; una gran cantidad de semen salió disparado de mi pene, me limpie cuidadosamente y regrese a la cama. A las siete de la mañana sonó mi celular, era el recordatorio que me avisaba que debía llevara a Emmanuel a su partido de fútbol. — Emmanuel, despierta— mi primo se movió ligeramente. — ¿Qué pasa?— dijo con voz baja y con los ojos aun cerrados. — Levántate, hoy es tu torneo de fútbol. — No te preocupes— dijo, ahora estaba ya estaba completamente despierto—. El torneo es hasta las tres de la tarde. Ambos nos duchamos (primero yo y después él), me cambié y bajé a la cocina; preparé una taza de café para mí y otra para Emmanuel pero el café de él era descafeinado. La mañana era perfecta, afuera el sol brillaba y el cielo estaba muy despejado, el día era perfecto para el partido de fútbol. Cuando mi primo bajó a la cocina tomó su tasa de café, le pregunté si quería desayunar y me dijo que aún no tenía demasiada hambre y que solo se le antojaban unos hot-cakes, entre los dos preparamos los hot-cakes y los comimos acompañados de un poco de miel de maple mientras veíamos televisión. Cerca de las once de la ...
    ... mañana Emmanuel dijo que ya tenía hambre, pregunte si quería ordenar algo a domicilio pero él se negó; propuso que fuéramos a un restaurant en el que a veces comía los fines de semana con sus papás. Nos subimos a mi auto, mi primo iba en el asiento del copiloto y me daba las indicaciones para llegar al restaurant, cuando por fin llegamos me estacioné y entramos al establecimiento, ambos comimos algo ligero, tardaríamos al menos unos cincuenta minutos, platicamos de muchas cosas, quería conocer más de él, cuando salimos Emmanuel me dijo que tenía antojo de un helado y como quería consentirlo para ganarme su confianza lo llevé a la primera heladería que pasamos de camino a casa, nos detuvimos y él bajo a comprar lo helados, para él uno de chocolate y una ve vainilla para mí. De camino a casa seguimos platicando mientras escuchábamos algunas canciones que tenía en mi iPod, de vez en cuando interrumpía la conversación para preguntarme el nombre de alguna de las canciones que es estaban sonando, los temas de conversación parecían no agotarse, me preguntaba de mi vida en la universidad, de lo que me gusta y lo que me desagrada. — ¿Tienes novia?— mi primo veía por la ventanilla del auto. — No, la universidad ocupa gran parte de mi tiempo— yo en ningún momento despegaba mi mirada del camino—. Los fines de semana, a veces, lo único que quiero es descansar, lo último que me pasa por la cabeza es salir de fiesta y conocer chicas. Y tú ¿tienes novia? — ¿Cómo se llama es canción?— dijo ...
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