Belleza virgen
Fecha: 07/10/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... alejaban temiendo las repercusiones de su calentura. Esa táctica le funcionó por mucho tiempo.Quién podría pensar que, en realidad, ya era mayor de edad y que, a pesar de la insistencia de sus muchos pretendientes y seguidores, se había conservado virgen hasta ese momento. Pero todo cambió radicalmente cuando conoció aMarcelo.Parcerita había ido a una cena privada celebrara en un famoso restaurant de la ciudad. La había llevado un chico pijo tan engreído que pronto se hartó de él. Haciéndose la disimulada, lo dejó yendo en busca de una mejor opción. Fue así que dio con Marcelo, un tipo notablemente mayor, de veintitantos años. Guapo, de buen cuerpo y, aparentemente, de buen nivel económico por su forma de vestir (según la propia Parcera me comentó). Bien, pues decidió tender sus redes, sin remordimiento por dejar plantado al otro chico.Durante aquella fiesta, Parcera y Marcelo charlaron un buen rato. Ella utilizó su convencional plática de chica ingenua, siempre enfocada en su persona, como si todo el mundo girara a su alrededor; como si ella fuera el centro mismo del universo.Por lo regular, todos los chicos hacían comparsa cuando ella hablaba así, tratándola zalameramente, se dejaban engatusar mientras creían estar esmerándose en conseguir sus favores. Sin embargo, Marcelo sólo se contentaba con escucharla sin manifestar interés excesivo.El trato de Marcelo era amable y cordial, sin embargo, nunca servil; por lo menos eso saqué en claro cuando, días más tarde; ella me ...
... contó lo sucedido. Durante la plática, en ningún momento se rió innecesariamente. Tras conversar un rato, Marcelo decidió retirarse y le ofreció llevarla a casa. Parcera pensó que el chico había caído en sus redes y que a partir de ahí lo tendría engatusado a su capricho pero, al llegar, Marcelo se despidió sin ningún requerimiento por su parte, ni siquiera le pidió su teléfono ni mucho menos una solicitud de verse otro día. Mi amiga se quedó sorprendida ante el fracaso de sus encantos. Incluso se arrepintió de haber dejado al otro chico pues, por lo menos, a él le hubiera sacado algún costoso regalo.No obstante, como a Parcerita le encanta la playa (no puede pasar un fin de semana sin ir a una), días más tarde ella estaba en una de las más visitadas del país.Claro que a costa de otro iluso que le había pagado toda clase de comodidades a aquel precioso manjar que nadie, hasta ese momento, había tenido el privilegio de desflorar.De seguro aquel tipo pensaba que alquilar ese cuarto de hotel, de donde la Parce salía aquella tarde vestida con un escueto bikini, le aseguraba un fin de semana lleno de pasión sexual desbordada. No obstante, mientras él aún se duchaba, la Parcera ya se alejaba del hotel y caminaba sola hacia la playa. Ella disfrutaba de su poder de atracción (y es que ese par de suculentos senos y ese precioso y bien formado trasero cautivan todas las miradas masculinas a su alrededor). Los piropos le llovían y esta niña — mujer los disfrutaba plenamente consciente de su ...