1. Berta, cenicienta de aldea


    Fecha: 10/09/2018, Categorías: Parodias, Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegan. Los hermanos se decidieron ir al tema y olvidarse de aquella conversación de sordos. Le dieron la vuelta y le quitaron el camisón. Uno le chupó una teta y le acarició el clítoris y el otro la otra teta y el ojete. Leandro la besó con lengua. Luego, bajó y le comió el coño. Jacinto le devoró las tetas, que las tenía duras como piedras... A los diez o quince minutos le volvieron a dar la vuelta. Jacinto le abrió las nalgas y le folló el culo con la punta de la lengua, después se lo folló con un dedo, con dos y con tres. Leandro le lamió la espalda y le magreó las tetas. Al rato, Jacinto, que tenía una polla pequeña y delgada, se la fue metiendo en el culo. Estaba tan excitada que disfrutó de cada centímetro de polla que fue entrando en su culo. Al tenerla dentro. Jacinto, le dio la vuelta. Quedó él debajo y Berta quedó con el coño abierto y empapado, en posición para que Leandro, que aún tenía la polla más pequeña que su hermano, (unos 10 centímetros) la clavase, que fue lo que hizo. Berta, se abandonó al goce... Le gustaba tanto ser follada por el culo como por el coño. Para ser la primera vez que la follaban no sintió dolor en ningún momento, todo era placer... Media hora más tarde ya se corriera dos veces. Cuando se iba a correr por tercera vez, Leandro y Jacinto le llenaron el coño y el culo de leche. Berta, exclamó: -¡Hostias! ¡Qué puntuales! Al acabar de correrse los hermanos, dijo: -¡¡¡Tomad caldo de hembra, cabrones!! Berta tuvo un tercer orgasmo espectacular. ...
    ... Al día siguiente cocinara Yolanda. Berta pensó que le diera una venada. Después de comer, en el pasillo y con un plato en la mano que tenía los huesos del estofado, le preguntó Berta a Alba: -¿Viste a Chino? Ayer ya no durmió conmigo. -No. ¿Voy esta noche a tu habitación? -Ven. Berta y Alba fueron a la sala. Le preguntó Alba a su madre: -¿Has visto a Chino, mamá? -¿Que te crees que acabamos de comer? Alba, exclamo: -¡¡¡Monstruos!!! La mirada de odio de Berta se fue clavando en Yolanda, en Jacinto, y en Leandro, que se estaban partiendo de risa. A la semana siguiente, un guardia civil, le preguntaba a Berta: -¿Dónde guardabais el veneno para matar a las ratas? -En la alacena de la cocina. -¿Que ponía en la caja del veneno? -No era una caja, era un paquete, -¿Y qué ponía? ¿Ponía veneno? -No sé leer, pero era un paquete de harina. -¡¿Tu padre mezcló el mata ratas con harina?! -Mezcló. Como era blanco, los ratones iban a picar. El guardia civil miró a su compañero. Habían dado con la causa de las muertes. Era carnavales. Las filloas y la orejas, a Yolanda y a sus hijos les supieron de muerte. Al marchar los guardia civiles, Alba, le dijo a Berta: -Gracias por avisarme para que no comiera las filloas ni las orejas. -Gracias las que tú tienes. ¿Me vas a enseñar a leer y a escribir? -Te podría empezar enseñando el abecedario escribiendo cada letra con la punta de mi lengua en tu clítoris. -¿El clítoris qué es? Alba, se acercó a Berta. La besó. Le metió la mano dentro de las bragas, y ...
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