1. El nene 1


    Fecha: 11/09/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... el sillón y agarrate las piernas Le acomodé un almohadón debajo para subirle un poquito la cadera y, con el anito abierto y a flor de piel se la mandé a guardar a fondo. Casi gritó de placer pero le llevé la mano a la boca para que se diera cuenta y se calló. Ese centímetro o poco más de profundidad que había logrado meterle en esa pose había tocado puntos híper sensibles en su interior que lo llevaron al éxtasis. Me miraba fascinado, me acariciaba el pecho, tocaba mi pubis y acompañaba la entrada de mi verga en su culo en el mete y saca. Yo enloquecido de placer con todo ese retorno que le daba a mis mimos. De pronto abrió los ojos desmesuradamente y comenzó a apretar espasmódicamente el esfínter. -Que te pasa, Martín, que me hacés? - No sé Charly, no sé qué me pasa, me dijo con la respiración agitada. En pocos segundos, esa ordeñada me hizo acabar, rico, largo, sentido, entonces Martín se distendió, su esfinter se dilató y el chico se llenó de una inmensa paz. Soltó sus piernas, me las apoyó sobre los hombros y se quedó con los ojos cerrados, los brazos relajados sobre el sillón y una sonrisa beatífica. Se la fui sacando despacito. -No Charly, no me la saques por favor, siento el culito vacío, dejala adentro. -Tus deseos son órdenes put.. Martincito. Y se la mandé a fondo nuevamente -Decilo, no te hagas problemas, puto, putito, putita, lo que quieras, me gusta! -Te gustó putito? -Siiii, nunca me imaginé que me iba a gustar, y menos que me iba a gustar tanto! Damiancito es ...
    ... un pibe muy inteligente, sabe lo que es bueno. Reímos. Seguimos conversando de pavadas, riéndonos, bromeando, hablando de los recuerdos que le quedarían de su desvirgada y de a poco mi pija se fue durmiendo y abandonando sola el culito de Martín, ya no era una decisión nuestra, sino un acuerdo amable entre su esfinter y mi verga, que se habían hecho amigos y cuya amistad duraría muuucho. Nobleza obliga, le ofrecí mi culo, pero Martín estaba tan cansado y relajado que sólo quería dormir. Limpiamos la chanchada lo mejor que pudimos, tiramos desodorante y nos dormimos, por primera vez abrazados. El resto del mes Damián apenas apareció por casa y cuando lo hacía evitaba quedarse solo con Martín o conmigo. Poco importaba, porque cada noche Martín y yo nos dimos sin asco, todas las noches sin faltar una. Fue mi oportunidad para darle a Martín unas lecciones de sexo entre machos (o entre putos, que es lo mismo). No era cuestión de solamente desvirgarle el culito. Lo único que le costó un poco, como a todos, fue acostumbrarse a recibir el semen en la boca. Luego de habituarse, tragarlo era fácil. No es una cuestión del sabor del semen, sino de su turgencia, ese líquido espeso en la boca se siente raro (con los años, encontré que la sensación de una descarga abundante de semen en la boca es similar a la que se siente cuando uno come una ostra cruda, pero tibio, por lo que si las ostras son comida "gourmet", la lechecita de macho también!). Lamentablemente llegó el momento de irse, el ...