Hicimos un trío sin que ella lo supiera
Fecha: 13/09/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y la cara de Carlos era de puro vicio. Al cabo de un rato le quitó las braguitas y mientras seguía lamiendo los pechos de Judith, con una mano le acariciaba el clítoris, el segundo punto débil de Judith, que si ya estaba caliente empezó a ponerse como una moto y a gemir. Yo me estaba poniendo muy caliente de ver a Judith disfrutar así con otro y de ver a Carlos como sobaba a mi mujer. Ella seguía con sus caderas los hábiles movimientos de la mano de Carlos. Pero Carlos quería aprovechar esta oportunidad y quería disfrutar de Judith al máximo y hacer con ella lo que tantas veces había soñado. Se incorporó y puso su polla tiesa delante de la boca de Judith, que empezó a lamerla con auténtico placer, para luego rodearla con sus labios y hacerle una maravillosa mamada. Aunque era más bien Carlos el que hacía los movimientos, ella la rodeaba con los labios y movía la lengua con singular maestría. La cara de placer de Carlos era indescriptible, ya que era una cosa que siempre le había gustado y nunca había podido practicar con su mujer, ya que a ella no le gustaba. La verdad es que no habíamos hablado hasta donde podía llegar Carlos, y cuando Carlos retiró su polla de la boca de Judith se me quedó mirando, como no sabiendo que hacer. Yo le hice un gesto de asentimiento con la cabeza, indicándole que Judith era toda suya. Le di un preservativo, se lo puso y se dispuso a follársela. Empezó poco a poco, metiéndole sólo la punta, moviéndola en círculos, haciéndole disfrutar y ...
... sufrir a la vez, gimiendo como una gata en celo, hasta que al cabo de un rato estaba pidiéndole que se la follara ya. Carlos no aguantó mucho esta situación: era demasiado fuerte el tener a Judith con las piernas abiertas y pidiéndole que se la follará... lo había deseado demasiadas veces como para aguantar ahora, así que se la empezó a follar con todas sus fuerzas, mientras los gemidos de Judith pasaban a ser gritos de placer, mientras Carlos, al mismo tiempo que se la follaba, no paraba de tocarle y sobarle los pechos. Era una situación enormemente excitante, ver a mi mujer siendo follada por otro, disfrutando con otro sin ella saberlo, y además sabía lo que Carlos estaba disfrutando con ella y el morbo que le daba estársela tirando... Judith tuvo varios orgasmos, hasta que por fin Carlos se corrió, aguantándose para no gritar, pero con la cara extasiada de puro placer. Tal como habíamos quedado, se retiró rápidamente y yo me puse en su lugar, diciéndole a Judith que íbamos a cambiar de posición, que la desataba y la iba a poner a cuatro patas, para follármela por atrás. Ella estaba encantada de la vida de que el polvazo estuviera durando tanto y yo, que estaba como una moto, me la tiré por detrás de forma salvaje, mientras ella tenía varios orgasmos más. Cuando acabamos, fui un momento a la cocina a beber agua y comprobé que Carlos ya no estaba... todo había salido bien, todos habíamos disfrutado de una sesión de sexo y placer sin límites. La segunda parte vendría un tiempo ...