El viejo conserje y la muy inocente universitaria. (primera parte)
Fecha: 17/09/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pueda parecer aquellas tareas que os pida que hagáis? Clara iba a contestar, pero su madre la interrumpió diciendo que no me preocupara que su hija obedecería en todo lo que yo le dijera y obedecería en todo sin poner ninguna excusa. No me lo podía creer, estaba obligando a su hija a obedecerme en todo lo que le dijera y ordenase. Lo que su madre ignoraba evidentemente era que tipo de cosas iba a hacer su joven hija para mí. La cabeza me daba vueltas. No podía esperar a mañana así que le improvisé en ese instante y dije. Sebas- Me parece muy bien, así me gusta que todos entendamos el acuerdo al cual hemos llegado…. (Me quedé pensativo durante unos segundos mirándolas a las dos y volví a hablar diciendo) - perfecto, pues vamos a hacer lo siguiente, voy a hacerte una prueba ahora mismo Clara, quiero que bajes conmigo y me hagas una demostración durante un par de horas, para ver así como trabajas y te desenvuelves obedeciéndome en las tareas que vas a realizar para mí, ¿de acuerdo? A lo que la madre contestó que ya bajaba ella a hacer esa tarea y se dispuso a salir. Me iba a joder la madre con sus ganas de agradarme, de modo que la hice parar y le dije que lo sentía mucho pero, que la que iba a trabajar para mí, era Clara y ella tenía que serla que hiciera esta prueba sin ayuda de su madre, ya que su madre no iba a estar para ayudarla en sus tareas diarias conmigo como mi criada. Entonces ella asintió comprendiendo la situación y Clara dijo que bajaba en unos minutos en ...
... cuanto se quitara el pijama que llevaba, y que bajaba enseguida y que por supuesto que sería muy obediente y haría todo lo que le ordenara para trabajar y pagar la deuda. Sebas- no te preocupes pequeña, no es necesario que te cambies, será una prueba de un par de horas solamente... Me di la vuelta dirigiéndome a la puerta, mirándola desafiante indicándole con la mano que se diera prisa en salir. A lo cual ella rápidamente salió por la puerta delante de mí, rozando su cuerpo contra él mío. Una vez salió y mirando a su madre, le habló tratando de calmar los llantos de su madre para que no se preocupara, que haría bien su trabajo. Salimos entonces los dos del apartamento, cerrando yo la puerta de un portazo y nos dirigimos hacia el ascensor que estaba al final del pasillo, lejos de la vista de su madre a través de la mirilla de la puerta del apartamento, a lo que su madre, mientras nos íbamos, le grito desde dentro. Isabel- ¡Hazlo bien hija y obedece en todo lo que te diga el señor Sebastián que es nuestro salvador en la tierra enviado por Dios nuestro señor! Nos dirigíamos hacia el ascensor que estaba a unos escasos 5 metros de su puerta pero en el lado opuesto, de modo que la madrecita no podía ver ya nada de lo que iba a pasar desde ese momento. Ya había conseguido lo que quería, y ella estaba a mi merced, pensaba hacer con ella barbaridades que jamás hice antes con nadie y he de admitir que soy sexualmente muy activo, dominante, a veces hasta extremos insospechados y con ella, ...