Cuidando al perro de Camila - Relatos Eróticos

Cuidando al perro de Camila

... sentir esa lengua acariciando mi clítoris hinchado y entonces lo dejé hacer. El bicho empezaba la pasada en mi pubis depilado y terminaba en mi ano; lo cual me hacía gemir cada vez más alto.Finalmente sostuve su gran cabeza entre mis piernas y acabé aullando en un orgasmo infernal.Peter me miró sin entender demasiado, relamiendo mis jugos en su poderosa lengua. Me dejó totalmente relajada y decidí que era suficiente por una primera noche con ese bicho. Me fui a acostar…Toda la noche soñé que ese magnífico doberman me cogía a cuatro patas. Me levanté excitada y descubrí que estaba mojada.Durante la mañana en la oficina, tuve que ir al baño a secarme la humedad entre las piernas; ya que no podía dejar de pensar en ese fugaz encuentro nocturno y el placer que me había brindado ese bicho con su prodigiosa lengua.A mediodía, mientras regresaba a casa, ya no aguantaba más mi calentura. Decidí que debía intentar conocer mejor a Peter, para ver si podía lograr algo más con él…Al llegar hice lo mismo que la noche anterior. Me bañé, me vestí con la misma camiseta corta y me senté frente al televisor.Peter también hizo lo mismo y pronto yo estaba sobándole el pito con los dedos de mi pie…Esta vez, apenas apareció la punta roja; yo me acosté junto a él en la alfombra y comencé a acariciárselo con mi mano.Me asusté un poco al ver que iba creciendo un pene cada vez más grande; grueso, duro y con venas bien marcadas.Peter gemía y se dejaba hacer sin quitarme sus ojos de encima.Me acerqué ...

... un poco más a su pene ya bien erecto y comencé a lamerlo suavemente. Soltaba bastante líquido viscoso en mi boca, hasta el punto de casi hacerme ahogar con tanta cantidad.Sin embargo continué chupando esa magnífica tranca y así estuve hasta que el perro acabó en mi boca a chorros, fue algo increíble.Lo dejé a Peter tendido, lamiéndose su propia verga y yo me fui a dar otra ducha. Luego recibí una llamada de Helena, invitándome a pasar por su casa a tomar un café y conversar.Regresé a mi casa casi al anochecer. Alimenté a Peter y yo también me preparé algo para cenar. Luego hice lo mismo que la noche anterior; dejé que el perro me lamiera la concha hasta tener un orgasmo bastante placentero. Después me fui a la cama; sola…Por la mañana se me ocurrió limpiar la bañera, ya que realmente se veía bastante fea. Tomé una esponja y me incliné sobre el borde, comenzando a limpiar.Me encontraba en cuatro patas frotando el enlozado, con la cola casi al aire, cuando Peter se abalanzó sobre mi cuerpo.El perro intentó montarme como si yo fuera una perra; pero se movía demasiado y no conseguía meterme su gruesa verga. Por mi parte, comencé a excitarme y entonces con mi mano tomé la punta de su pito. La guié despacio a la entrada de mis labios vaginales. El perro entendió mi maniobra y se quedó quieto.En cuanto acomodé su pito, él empujó hacia adelante, clavándome esa tremenda estaca, ya bien lubricada con sus propios líquidos y que mi vagina la recibió de manera muy grata.Lo único que hice ...