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La casa en la playa 1, 2 y 3
Fecha: 24/09/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... fue Matías a comprar los tres pasajes para San Clemente. Para la vuelta el domingo ya no quedaban más pasajes, por lo que deberían quedarse una noche más y salir el lunes por la mañana, una noche más los tres en la casa o mejor dicho en la cama, que problema!!!! El tiempo pasó mucho más lento de lo esperado, hasta que llegó el famoso jueves y los tres se encontraron en la terminal de ómnibus de Avellaneda para tomar el Plus Mar de las 23.50 a San Clemente del Tuyú. A Jonathan se lo notaba medio amoscado con Ezequiel por obvias razones, en cambio Eze estaba exultante de alegría e intercambiando miradas y sonrisas cómplices con Mati. Los dos pensaban exprimir a Jonathan y ordeñarle la pija hasta que les pidiera por favor que parara, aunque Mati se había propuesto que Jony no volviera con el culito sano de la playa y Eze pensaba que tal vez debería darle una mano a Mati en su cruzada por desvirgar a su primo. Subieron y a los 10 minutos estaban los tres roncando. La parada para mear en Dolores pasó de largo y recién se despertaron en la terminal de San Clemente a las 5 de la mañana. El pueblo, sin turistas, era un desierto en ese mes de primavera temprana. Un sólo bar cerca de la terminal les quitó el sueño con un tazón considerable de café con leche, con café de filtro y poca leche acompañado por medialunas medio duras, del día anterior, ya que las panaderías aún no habían abierto para hacer el reparto del día. De nuevo caminando a la casa, ya despiertos, el aire frío de la ...
... mañana marina les llenaba los pulmones, los limpiaba del pestilente aire de Avellaneda y los llenaba de ese bienestar tan particular que se siente cerca del Atlántico en una mañana diáfana. A los 20 minutos de caminar ya estaban en la casa, que quedaba a escasas 4 cuadras de la playa y a 10 del "centro". De la vereda, de pastos crecidos a 50 cm de altura, sólo se veía un cerquito bajo que en el medio tenía una puerta tan bajita como el cerco, de viguitas de madera y pasadores de hierro negro bien herrumbrados por el salitre. Al costado, un portoncito de idéntica medida para permitir la entrada de un auto al "garage", que era no más que un playoncito de cemento de 6 metros por 4, sin techo ni paredes. El resto, pastizal hirsuto. De la puerta partía un camino de ladrillos de no más de 1 metro de ancho que a los 10 metros se perdía entre unos pinos de troncos que se partían a escasa distancia del suelo en varias ramas gigantescas que no permitían ver más allá. Una vez pasada la media docena de pinos, el camino llegaba al fin al patio de la casa, de lajas grises. La casa, en forma de "U" ocupaba todo el ancho del terreno. Cocina-comedor a la izquierda, dormitorio principal y baño en el centro y dormitorio secundario a la derecha. En el dormitorio principal, una cama matrimonial y dos cuchetas de 1 plaza y en el secundario dos grupos de dos cuchetas cada uno, por lo que la casa se alquilaba como para 8 personas, medio apretadas, pero en vacaciones poco importa. Apenas en la vereda, ...