Lo que pasará
Fecha: 25/09/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Una serie de órdenes para tratar de provocar a una mujer comprometida con otra persona Lo que pasará es que te citaré en el hotel de siempre, la tarde caerá lentamente, cual cortina de humo sobre la conciencia y la razón, un espectáculo encantador: la entrada a la locura. Llegarás con una gabardina larga, debajo sólo tus bragas, tus medias y tus zapatillas. Estaré en un asiento de piel reclinable, fumando marlboro y tomándome una caguama. La habitación ya estaría inundada de música. El dueño del hotel ya me conoce, le doy una buena cantidad para que me deje hacer lo que quiera. Cerrarías la puerta detrás de ti. Te sentarías en la orilla de la cama. —No creo que debamos hacer esto más —No creo que debimos empezar nunca. Pero aquí estamos. —¿No te remuerde la conciencia? —La conciencia es una palabra compleja, lo que sé es que no muerde. —¿No te sientes mal? —Yo siempre me siento bien haciendo esto, ¿y tú? —También. Pero no es lo rico que se siente, es lo culpable que te sientes después. —Tu obligación, según ciertos pensadores, es ser feliz. ¿Te haría feliz dejarlo? De ser así, adelante. —Bien sabes que no. Estoy acostumbrada a ti, pero tampoco quiero fallarle a él. —Te entiendo, es un buen hombre. Pero te explico, nosotros estamos obedeciendo a las leyes de la naturaleza. Lo antinatural es la represión. Si de verdad te ama, te debe impulsar a saciar todos tus apetitos. Sin embargo debemos mentir porque no muchas personas están acostumbradas a aceptar las cosas tal cual ...
... son. Tú eres una puta, y yo soy un hombre que disfruta de las putas. —¿Puta? ¿Acaso te cobro? —No te ofendas, aunque gratis tampoco me sales. Pero cuando yo digo puta me refiero a una mujer guerrera, capaz de aceptar su propia satisfacción, a una mujer lúcida y libre que toma las riendas de su vida y de sus goces. Además nuestros encuentros curan tus neurosis. —Ahora aparte de demonio, me saliste doctor, no me hagas reír. —Es algo muy básico, tú quieres cumplir tus fantasías, mientras no las cumplas estarás neurótica y de mal humor. Yo ayudo a esa parte, he seguido el rol y protocolo desde el principio. A mí me encantas tú, me encantas como mujer libertaria y loca, me gustas tus sueños y anhelos. Me gusta escucharte y me gusta hacerte gemir también. No considero que esté haciendo algo malo, aunque entiendo que no muchas personas están listas para este tipo de libertad. —La libertad de obedecer. —La libertad de confiar tu placer al intelecto, fuerza, creatividad y pasión de otra persona, la entrega sin restricciones. Cuando haces el amor con tu pareja, te preocupas por lo que sentirá y pensará de ti; conmigo no hay esa preocupación porque no me amas ni te amo. Hay cariño, claro, pero solamente se basa en el placer que nos hacemos sentir. —Sé que eres muy inteligente y que con tu retórica puedes convencer a quien sea. Pero tampoco soy pendeja, hay un Dios, una religión, una moral, una sociedad, que nos dan leyes para que las respetemos y podamos vivir en paz. —Te puedo decir que ...