1. Noche de fiesta


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Anal Autor: almogaver92, Fuente: RelatosEróticos

    ... asiento de copiloto, y yo con las piernas abiertas encima de él, sintiendo su polla en mi abdomen. Estaba inquieta, caliente y parecía que se iba lubricando sola. -Dónde tienes el condón? -le pregunté. -Aquí, toma y pónmelo. Le enfundé aquél falo desproporcionado y me subí a él. Poco a poco me dejé empalar agarrada con fuerza a sus hombros. Con lo caliente que iba, costó más bien poco que me entrase todo a la primera. Subí y bajé sin parar, jadeando los dos como cerdos mientras empañábamos las ventanas del coche. Sus manos pasaban del culo a las tetas, estrujando sin parar lo que cogían. Aunque me dolía cuando me las apretaba, eso me daba aún más placer. Yo le agarré la cabeza y me acerqué a él para besarle. Mientras follábamos sin parar, nuestras lenguas jugueteaban la una con la otra y sus manos me agarraban de las nalgas para marcar el ritmo. Y me empezó a dar pequeños azotes. Cada vez que su mano abofeteaba mi culo, mi placer aumentaba. -Dame más, dame más fuerte cabrón -le decía mientras sentía como su polla entraba más y más en mi. Le solté la cabeza y me agarré de los pechos para pellizcarme de los pezones. Ahora no quería nada de masaje suave, quería placer a lo bestia. Aún con el vestido puesto, empecé a apretar. Y aquello fue demasiado. Me sobrevino un cosquilleo en mi interior, seguido de una ola de placer que me estremeció y me hizo lanzar un gemido. Bueno, en realidad fue más un grito de puro placer. Cuando los temblores y los espasmos del orgasmo cesaron. abrí ...
    ... los ojos. El chico (a partir de ahora le llamaré Lannister) me miraba sonriendo, como desafiándome a seguir. Él no se había corrido. -Quieres más zorrita? -me preguntó con esa voz que me encendía. -Sigue follándome, ahora en la pose del perrito, quiero ser tu perra en celo, quiero que me folles como un buen macho -le dije intentando recuperar el aliento. -Aquí no vamos a caber -Pues fuera del coche -¿Fuera? Estás segura? Nos van a ver... -Me da igual, que me vean gozando, vamos. Sin esperar su respuesta salí del coche. Por suerte me siguió, con la bragueta abierta, los pantalones puestos y la polla enfundada sobresaliendo desafiando a la gravedad. -Ponte aquí guarra -me dijo mientras me empotraba contra la parte delantera del coche. Mis tetas se pegaron al capó y me la metió de golpe. Aunque me acababa de correr y estaba cachonda, su primera embestida me dolió. Pero fue un dolor placentero, del que quieres que siga. Me montó como un animal desbocado, sin pausa y con prisa mientras me restregaba contra el coche. Sus manos me azotaban el culo sin cesar, y a cada manotazo respondía con un pequeño grito de dolor y excitación. Sacó su enorme polla de mi y me la pasó por el agujero del culo, pensando en si le cabría dentro. No pensó mucho rato (típico de los hombres cuando piensan con la polla, o sea siempre) y empezó a apretar contra mi culo. No era virgen por ahí, pero tampoco había tenido nunca una polla de ese calibre en mis manos. Ni en mis piernas. Ni mi coño. Donde sea. -No, ...