Sesión fotográfica con mi hermana
Fecha: 28/09/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Moises, Fuente: CuentoRelatos
... blanco de algodón, de los que se ajustan muy pegados al cuerpo, y me dijo que lo había comprado para la ocasión y que me lo pusiera al salir de la ducha. Me acompañó entonces al garaje donde me sorprendió ver cómo había montado una especie de estudio con focos, cámaras con trípode y un panel blanco de los que usan los fotógrafos como fondo. En ese momento, y aún hoy todavía, me asaltó la duda de si no habría preparado todo, y lo que vino posteriormente, de forma consciente y premeditada. Tomé mi ducha, mientras mi hermana hacía lo propio, y una vez puesto el muy ajustado "slip" que me había dado me dirigí al garaje. Allí me estaba esperando ya Nuria, vestida únicamente con una camiseta larga, mientras preparaba su equipo. Empezamos la sesión, al principio muy cortados y según pasaban los minutos más relajados y buscando el lado divertido de la situación, lo que nos hacía reír de continuo. Creo que era más una risa histérica que algo natural, pero el caso es que al cabo de un rato ya me había hecho un bueno número de fotos en todas las posturas y desde todos los ángulos. Le dije que por mi parte creía que ya era suficiente y que lo podíamos dejar, pero ella no parecía satisfecha con el resultado, y fue entonces cuando empezó a complicarse la situación. -Verás -me dijo-, no consigo plasmar lo que estaba buscando, me gustaría darle un toque más original y un poquito más atrevido. Por favor, -me pidió- metete la parte posterior del "slip" por el culo, como si fuera un tanga. ...
... Aquello me dejó boquiabierto, pues no pensaba que pasaríamos de lo que hasta ese momento habíamos hecho, e intentando salir del paso le dije que no entendía lo que me estaba pidiendo, pensando que así desistiría, pero lejos de ello lo que hizo a continuación provocó mi mayor sorpresa. Se me acercó y ella misma me metió el "slip" entre las nalgas, a la vez que me enrollaba el elástico superior del calzoncillo, lo que dejó mi trasero prácticamente al descubierto y marcó todavía más mi ya suficientemente apretado paquete, dejando entrever de forma clara lo que había allí debajo. En este proceso no dejó de aprovechar la ocasión para masajearme el culo descaradamente y al mismo tiempo, haciéndose la descuidada, me pasaba la mano por los testículos y el pene. Fue entonces cuando entreví como se estaba excitando, contagiándome esa excitación a mí mismo, que hacía todo lo posible por evitarla. Atribuí su atrevimiento a los Martinis sin ser consciente de que lo más fuerte estaba todavía por venir. Me hizo otro buen número de fotos de espaldas, tumbado, de pie, en posturas forzadas, etc. Pero seguía sin estar satisfecha, así que, muy turbada y con risa entrecortada, dio un paso más. - Quiero pedirte otra cosa, pero casi no me atrevo. - Ya no sé qué se te puede ocurrir -contesté- pero ya me parece que me da un poco igual seguir. Si me hubieran dicho que iba a estar en esta situación enseñándote el trasero no me lo habría creído, así que pídeme lo que sea. - Quiero que te acaricies y te ...