La historia de mi primer trío
Fecha: 30/09/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Bisexuales
Autor: Fannyco, Fuente: CuentoRelatos
... en el instituto y si era nueva, respondí ocupada mientras sacaba de mi bolso las llaves de mi auto y mi cigarrillo electrónico en señal de que me dirigía a mi auto, hablamos un par de minutos y cuando apenas me disponía a despedirme, llegó su uber, no sin antes decirme su nombre a modo de presentación, Ben, le respondí con el mío y me dirigí al estacionamiento. Por mi mente pasaron las mil y un situaciones en las que pudiera intentar algún acercamiento con Ben, descarté mis opciones de inmediato y pensé lo que siempre pienso cuando me llama la atención una persona, mi mantra de vida: ¡seguro que pasará! Días después, al salir del instituto, lo volví a encontrar, fumando un cigarrillo y ocupado con su teléfono, nos saludamos y comenzamos a hablar, le pregunté a dónde se dirigía y me respondió con su teléfono en la mano y la app de uber abierta, no sabía las calles de su apartamento pero lo tenía marcado en su teléfono, se disponía a pedir su uber cuando le solté que yo pasaba por ahí para ir a casa, no era del todo cierto, pues no tomaba ese camino para llegar, aunque técnicamente, y tomando otras calles sin desviarme de mi ruta, pasaba por ahí, por lo que me ofrecí a llevarle, fue un truco un tanto desesperado, pero funcionó, aceptó y caminamos al estacionamiento. Me contó que era de Inglaterra, específicamente de Londres, y que había llegado hacía 8 meses por su novia, tenía 25 años, 3 años menor que yo, y que había estudiado administración de negocios, en mi mente resonó ...
... la palabra "novia", mientras él seguía hablando, por lo que en algún punto de la conversación tuve que volver a ponerle atención. Su novia había ido a vacacionar a Londres, se habían conocido en un club, se habían enamorado y visto en al menos 3 ocasiones posteriores, y lo único que pude pensar fue en ¿quién demonios se enamora en una situación así?, me limité a responder sus preguntas de manera breve hasta que llegamos a su apartamento, intercambiamos números de teléfono, le recordé mis servicios de taxista cuando lo requiriera, se despidió dándome un beso en la mejilla y haciendo alusión al estilo de los mexicanos para despedirse y bajó del automóvil. Todo lo que podía pensar era en cómo un hombre como él deja Londres por una mujer, por un momento envidié a su novia y no precisamente por la situación en la que se encontraban metidos, sino por el apuesto hombre que tenía a sus pies, terminé mi día un poco apagada, había pensado en situaciones con él, y en ese momento todas y cada una se desmoronaron, y aun así, ninguna se le parecía a lo que en realidad iba a pasar. Pasaron tres semanas en las cuales continué llevándolo a su apartamento, nos conocimos un poco más, gustos musicales, familia, pasatiempos, trabajo, lo mucho que extrañaba su país, las lluvias, etc. Un día, al salir del instituto, me comentó que moría de hambre, y me invitó a cenar, me extrañó la pregunta por su situación actual, pero la verdad es que venía deseando ese día desde hacía tiempo, por lo que acepté, ...